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Luces peligrosas

La tarde de un 16 de diciembre de 1997 Kori, un niño japonés de 10 años, disfrutaba la tarde viendo su serie favorita: Pokemón. A mitad del episodio Kori comenzó a sentir dolor en la cabeza, ganas de vomitar, su vista se nubló y su cuerpo empezó a temblar, no había manera de que él pudiera detener las fuertes sacudidas de sus brazos y piernas. Lo siguiente que Kori recuerda es haber despertado en la cama de un hospital horas más tarde. Tiempo después lo que los médicos temían se había confirmado: las imágenes de la serie Pokemón le habían causado un ataque epiléptico.

Para aquellos que crecieron en los 90’s, Pokemón fue la franquicia de videojuegos y caricaturas que marcaron su infancia. En 2016 dicha franquicia cumple 20 años de existencia, y el día en que Kori veía esta serie posteriormente se le conocería como el “Pokemon Shock”, uno de los más problemáticos para la compañía de Pikachu. Esto se debe a que el caso de Kori fue sólo uno de los 685 niños de todo Japón que sufrieron una crisis epiléptica después de ver el episodio, que fue censurado a nivel mundial.

Este incidente ha sido parodiado infinidad de veces, sin embargo, no fue culpa de la caricatura en sí, (incluso muchas personas le atribuyeron poderes satánicos a los pokemón). Lo que ocurrió fueron casos de un tipo de epilepsia en especial: la epilepsia fotosensible. Resulta que en el episodio transmitido las luces de las escenas cambian repetidamente del rojo al azul, a una velocidad de 4 cambios por segundo, lo cual equivaldría a ver las luces de una patrulla al triple de su velocidad. Estos cambios repentinos en la intensidad de la luz fueron el desencadenante para que muchos niños susceptibles a padecer epilepsia tuvieran su primer ataque en forma de convulsión.

Pese a lo que muchas personas han creído a lo largo del tiempo, las crisis convulsivas no se deben a ningún demonio mágico o a la maldad del anime japonés. En un ataque de este tipo, las neuronas de alguna parte del cerebro (o de cualquier parte) comienzan a incrementar su ritmo de trabajo y muchas empiezan a disparar una gran cantidad de impulsos al mismo tiempo. Es como si en un salón de clases todas las personas, incluyendo el profesor, hablaran exactamente al mismo tiempo; sólo tendríamos ruido y nadie se entendería entre sí. Esto mismo ocurre dentro del cerebro de una persona en medio de una convulsión: muchas neuronas trabajando al mismo tiempo creando una verdadera tormenta eléctrica de disparos neuronales. Y el problema no termina ahí, porque aunque las neuronas que comiencen el ataque sean pocas, su gran ritmo de actividad puede contagiar a las neuronas cercanas y estas a su vez contagiar a más neuronas, de tal manera que en poco tiempo gran parte del cerebro puede estar bajo la descarga sincronizada de una gran cantidad de neuronas. En el cerebro del pequeño Kori, las luces brillantes de los pokemones incitaron a las neuronas de la parte posterior de la cabeza (llamada lóbulo occipital) a incrementar su actividad, estas neuronas pronto contagiaron a gran parte del cerebro dando como resultado la convulsión.

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Episodio de los Simpsons “Treinta minutos sobre Tokio” en donde parodian el “Pokemon shock”.

No todos los ataques epilépticos son iguales, según el lugar donde estén ubicadas las neuronas que inicien la convulsión la persona experimentará cosas diferentes. Si las neuronas revoltosas se encontraran en la parte trasera del cerebro las personas podrían ver luces. Si es en la parte frontal o a los lados (cerca de las orejas) podrían tener cambios repentinos de humor o alucinaciones. Si el ataque convulsivo afecta la parte del centro del cerebro, como lo que ocurrió con nuestro amigo Kori, entonces tenemos movimientos repetitivos y descontrolados en el cuerpo de las personas. También hay crisis epilépticas donde no hay ningún movimiento mas que de ojos y cabeza, estas personas pueden tener una crisis epiléptica y no moverse ni un centímetro.

Todavía es un misterio no resuelto el cómo las luces pueden generar un ataque epiléptico. Sin embargo, no todas las personas con epilepsia son sensibles a la luz, hay personas a las que les da un ataque epiléptico después de haber reído mucho, de leer, de pasar por un susto o emoción fuerte, después de haber percibido cierto olor, incluso hay quienes tienen convulsiones al acercarse al agua caliente, también existen muchas personas epilépticas cuyos ataques llegan sin previo aviso.

La gente que tiene epilepsia aprende cómo y cuándo es más probable que les dé un ataque. Los que sufren de epilepsia fotosensible aprenden qué tipo de luz les afecta, con qué frecuencia y con qué colores. Hay muchos que no son capaces de jugar cierto tipo de videojuegos, ver películas de acción o animadas, ir a antros o discotecas ya que estos lugares son un peligro para ellos.

Esto no significa que por el simple hecho de jugar videojuegos nos vaya a dar epilepsia. Muchos de los niños japoneses afectados tenían padres o abuelos con epilepsia, lo cual nos dice que es una enfermedad que se puede heredar. Y aunque alguien tenga una crisis convulsiva eso no implica que vaya a tener epilepsia el resto de su vida pues se estima que una de cada 20 personas en todo el mundo podrá tener una crisis epiléptica a lo largo de su vida. Puede que tú mismo hayas sufrido un ataque epiléptico y no te hayas dado cuenta, ya que estas no siempre se manifiestan de forma tan estrepitosa como le sucedió a Kori. Una crisis epiléptica puede consistir en sólo ver luces, quedar totalmente paralizado o tener un lapsus de ausencia. En resumen, tener epilepsia no es sinónimo de tener convulsiones.

Hay muchos medicamentos y terapias que ayudan a controlar las epilepsias. Los casos más graves de epilepsia pueden tener crisis cada 10 minutos, este tipo de personas pueden llegar a someterse a una cirugía en donde se les extirpa la parte del cerebro que inicia los ataques epilépticos. Afortunadamente, la gran mayoría de las personas puede controlar la epilepsia con terapias y medicamentos, incluso se ha estado probando el uso de marihuana medicinal para este tipo de personas.

El escándalo de los niños que sufrieron convulsiones después de haber visto Pokemón puso a temblar a toda la industria de los videojuegos y de la televisión. Incidentes similares se repitieron con la caricatura Las Chicas Superpoderosas y los videojuegos Street Fighter y Star Fox. Con el fin de evitar más incidentes TV Tokio y otras productoras japonesas, con ayuda de expertos en el campo de la salud, generaron ciertas reglas para los videojuegos y series de televisión que establecen que las escenas de luces parpadeantes no deben durar más de tres segundos, y los juegos de luces no deben ocupar toda la pantalla. El episodio tan polémico de Pokemón fue censurado a nivel mundial y el personaje Porygon nunca fue visto de nuevo en ningún capítulo posterior de la serie. Actualmente cualquier videojuego está obligado a informar el riesgo que se tiene de sufrir una crisis convulsiva. Así que no te preocupes, podrás seguir disfrutando de tus videojuegos y series con la seguridad de que el riesgo de tener un ataque epiléptico es el mínimo, todo gracias al desafortunado incidente de Pokemón hace 17 años.

 

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Secuencia de imágenes que provocaron los ataques convulsivos a los niños de Japón

 

David, P. (n.d.). Fotosensibilidad y Epilepsia : Clasificación. Consultado en: http://www.revistachilenadeepilepsia.cl/revistas/revista_a3_3_julio2002/a3_3_tr_fotosensib.pdf

Izquierdo, A. Y., Eurología, S. E. D. E. N., & Niversitario, H. O. U. (2005). Crisis convulsivas. Concepto, clasificación y etiología, 68–73.Consultado en http://sid.usal.es/idocs/F8/ART12206/crisis_convulsivas.pdf

Plunkett, L. (2015). The banned pokemon episode that gave children seizures. Consultado en: http://kotaku.com/5757570/the-banned-pokemon-episode-that-gave-children-seizures

Autor: Juan José F. Valdiviezo

Es estudiante de psicología en la UNAM con amplio interés en temas de neurociencia, ciencia ficción. Apasionado del teatro y consume café desde los 12 años.

Ilustración: Elena Coria 

Mujer. Estudiante de la vida, Biología, UNAM. Entusiasta de casi nada, pero interesada por casi todo, etc.