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Una explosión químicamente divertida

No voy a mentir, francamente no soy un entusiasta de las fiestas patrias, es más, siempre me molestó que en la primaria me obligaran a vestirme de Hidalgo o de Morelos para contar frente a toda la escuela su biografía. Tampoco me gustaba tener que perder un día entero viendo bailables tradicionales, o lo que era aún peor: tener que participar en alguno.

Pero una cosa que sí me gustaba de las fiestas patrias es que, por ser feriado nacional, esos días son inhábiles, es decir, no hay escuela. ¿Qué más puedo pedir? Me podía quedar en cama hasta tarde, ver la tele todo el día o mejor aún, salir a la calle a ver a mis amigos y estar todo el día sin hacer nada. Pero esas salidas a la calle, en esas fechas, tenían algo especial: todos mis amigos y yo teníamos los bolsillos llenos de cebollitas, de R-15, de chifladores y (si teníamos el dinero suficiente) traíamos uno o dos M-500 o garras de tigre y ya con suerte podíamos hasta tener un cara de diablo. Les estoy hablando de los años 90´s, aquellos años en los que la prohibición de cohetes aun no era tan rígida y podías conseguir todo tipo de petardos con tu distribuidor de confianza.  Sobra decir que las guerras de cohetes eran un poco peligrosas y más de uno quedaba con quemaduras. Pero qué más da, éramos niños y no mediamos las consecuencias.

Otra cosa clásica de la colonia era el sin número de fuegos artificiales que veíamos explotar en el cielo. Siempre era un buen descanso sentarse en la banqueta y contemplar cómo es que los cohetes formaban figuras caprichosas al reventar, o notar los gusanos de colores que dejaban escapar cuando se extinguían en el cielo.

Y para mí en aquellos años bastaba con el contemplarlos, sin embargo unos años después me surgieron muchas preguntas, preguntas como: ¿por qué existen tantos y tan distintos tipos de fuegos artificiales?, ¿por qué algunos son de color rojo, otros de color amarillo?, o ¿por qué unos se notan como esferas y otros parecen espirales?

Ahora, con unos años de más, por fin puedo responder a esas preguntas.

Básicamente, los cohetes y fuegos artificiales están compuestos de pólvora, la cual es una mezcla de carbón, azufre y nitrato de potasio. Esta mezcla, al contacto con el fuego, en presencia de oxígeno y, a través de la presión generada sobre gas apresado dentro de una cápsula, genera la combustión inicial.

Pero, ¿qué es la combustión?: la combustión implica una reacción química que puede ocurrir en un periodo de tiempo corto o largo. Para podernos referir a un suceso  como combustión debemos tener cubiertos dos actores principales.

El primero de ellos es el combustible, este es elemento que arde;  y el segundo actor es el que produce la combustión (comburente).

Solo cuando tenemos a estos dos elementos presentes, se puede llevar a cabo una interacción en la cual generalmente se desprende una gran cantidad de energía en forma de calor y luz, manifestándose visualmente gracias al fuego, u otros.

Bien, ahora que tenemos claro qué es la combustión, nos restan dos preguntas: ¿qué le da el color a los cohetes?, y ¿por qué toman figuras específicas al explotar?

Para poder contestar a la primera, debemos saber que además de la mezcla explosiva (pólvora) a los fuegos artificiales se les adiciona un tercer componente, este es generalmente un metal.

Cuando ocurre la combustión, el metal presente alcanza una alta temperatura, pasados unos segundos el metal se enfría. Durante este proceso de enfriamiento se pierde energía en forma de luz, y es esta luz la que nos da el color. Sin embargo, presenta un problema, y es que los únicos colores que puede producir son los rojizos y amarillos o, si la temperatura es muy alta, el blanco.

La otra gama de colores que observamos (verdes, azules, etc…) lo produce la presencia de metales específicos. Así, el cobre

http://elartico.blogspot.mx/
vía: http://elartico.blogspot.mx/

produce llamas azules, las sales de litio producen el color rojo, y el aluminio y el titanio son los responsables del color blanco, el bario genera el verde, el calcio genera el color naranja y el sodio  produce tonalidades de amarillos.

La tercera pregunta: ¿por qué toman figuras específicas al explotar? es más fácil de contestar. En realidad la respuesta es muy simple ya que, la mezcla de la pólvora y el metal que da el color atienden a la frase de “juntos pero no revueltos”. Es decir, la pólvora está en un cartucho aparte, y los distintos metales que contiene tambien se encuentran en diferentes compartimentos. Este simple hecho hace que la combustión alcance a todos a un tiempo diferente y así, podemos ver cómo un color verde sigue a un color azul, o un color rojo.

Como podemos ver, los fuegos artificiales contienen una cantidad impresionante de química.

No voy a negar que verlos en el cielo siempre es un acontecimiento, pero el simple hecho de detonarlos tambien representa un problema para nuestro medio ambiente, ya que los fuegos artificiales contienen perclorato, un compuesto químico altamente contaminante que no se disipa con facilidad y queda impregnado en la vegetación y el agua,  además está relacionado con problemas hormonales en los humanos. Los restos de papel y cartón que quedan luego de la explosión, rara vez forman parte de la fiesta y nadie recuerda limpiarlos de las calles.

Otro factor importante a considerar es el cuidado de nuestros amigos animales ya que el oído del perro es 16 veces más poderoso que el del hombre. Es por esto que la pirotecnia afecta tanto a los canes y puede ocasionar accidentes como hacerlos saltar desesperados desde terrazas o azoteas, salir corriendo asustados, extraviarse o ser atropellados. En otros casos, pasan horas sometidos a un alto nivel de estrés, lo que puede provocar un comportamiento agresivo.

Es un hecho que en México los fuegos artificiales tienen una larga tradición, pero ahora que sabemos cómo funcionan, es importante preguntarnos si el fin justifica los medios.

¿Es realmente necesario echar a la atmosfera esa cantidad de sustancias químicas por unos minutos de deleite?

Referencias

  • La ciencia de los fuegos artificiales: reacciones químicas a 400 metros de altura. Noticias de Tecnología http://goo.gl/LNPzWW

 

Luis H.C

Creador de contenidos en la Bombilla. Estudiante de Química en la Universidad Nacional Autónoma de México