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Ven y dame tu calor

Afuera, el viento helado arremete, pocos salen a las calles convirtiéndose en valientes. Es tiempo de las noches frías, cuando solo queremos estar bajo nuestras cobijas.

–Ven y dame tu calor–. Le dice la joven María a su novio Juan, mientras disfruta de una cálida taza de té de manzanilla. Él se acerca para recostarse a su lado en el sillón, la abraza. Ella deja su té con la cuchara dentro y poco a poco, María empieza a sentir menos frío, pronto se queda dormida, todo marcha muy bien, tan dulce como el azúcar, pero… ¿Cómo un abrazo puede quitar el frío? ¿es una muestra del poder del amor?