Una idea. Una emoción. Una necesidad; una tuerca por aquí, un tornillo por allá, engranes y el resultado es un invento, una imitación. Este es un breve recorrido por la historia del invento que ha sido imitación, el antecedente de los actuales robots: los autómatas.
El ser humano ha sentido la necesidad de recrear la naturaleza en la artificialidad de sus inventos proyectándola en infinidad de objetos, mismos que en ocasiones han trascendido a través del tiempo y que, incluso han evolucionado y se han transformado a partir de mejoras consecutivas que derivan en el uso constante y la utilidad que significa dicho uso para el mismo ser humano; en esa infinidad de objetos se encuentran actualmente desde obras de arte, hasta objetos de uso cotidiano; sin embargo, la imitación del humano y ciertas conductas de éste, derivó desde hace más de 4 000 años en el llamado autómata
El significado de la palabra autómata está implícito en el mismo nombre, que deriva del griego automatos (αὐτόματος) y que significa ‘espontáneo o con movimiento propio’, es decir, automático; se trata de una máquina mecánica que imita la figura y movimientos de un ser animado. La invención de estos seres (si se les puede llamar así) debió provenir de la imaginación que produjo el desarrollo de piezas por separado como las tuercas o los tornillos, inventados éstos por Arquitas de Tarento en la antigua Grecia, así como el desarrollo en la creación de instrumentos que requerían de cierta destreza manual en el ensamblaje de las piezas, como es el caso del reloj, considerado como uno de los más perfectos mecanismos antiguos y muy cercanos al concepto de automatismo y en consecuencia al de robótica.
Sin embargo, más allá de la recreación y el entretenimiento que producía tener un autómata en casa o en eventos especiales, también se trató de la invención de instrumentos que sirvieran de ayuda para el trabajo mecánico y repetitivo, mismo que sería fácilmente llevado a cabo por máquinas programadas para dicho fin, lo cual implicó una ayuda significativa para el ser humano de aquella época.
Si de autómatas se habla, hay una hipótesis que sugiere que en la mitología judeocristiana reflejada en la biblia, Adán puede ser el primer autómata de la historia, el cual fue moldeado y programado por Dios; pero no sólo a partir de la mitología judeocristiana se han hecho estas interpretaciones, también se han hecho a partir de otras como la griega, la romana, la hebrea o la nórdica.
Sin embargo, no sólo a través de las mitologías sabemos de los autómatas; se tienen registros interesantes de algunos de estos personajes que marcaron la historia, no sólo por la novedad y la curiosidad que generaron, sino por el significado que cobraron en la vida de sus creadores, como en el caso de René Descartes (1596-1650) de quien se dice que construyó un autómata que sustituyó a su hija muerta de 5 años, por lo que lo nombró “mon fill Francine” (mi hija Francine), este autómata tenía la función de levantarse y moverse. Historia similar al famoso cuento Pinocho escrito por Carlo Lorenzini y publicado en 1882.
Otras historias que forman parte de la literatura y el cine y, que de alguna manera están relacionadas con autómatas, son algunas de las siguientes: Frankenstein escrita por Mary Shelley en 1818, en donde Frankenstein puede considerarse una alegoría de los autómatas, en el sentido de que es un ser armado con partes humanas, mismo que cobra vida a partir de electricidad; El Hombre de Arena de E.T.A. Hoffman, publicada en 1817, en la que aparece un personaje llamado Olimpia, que en realidad es una autómata de quien se enamora el protagonista de la historia; El Mago de Oz dirigida por Victor Fleming en 1939 y su peculiar hombre de hojalata; La Invención de Hugo Cabret dirigida por Martín Scorsese en 2011, en la que aparece un autómata estropeado que al ser reparado tiene la capacidad de escribir con pluma estilográfica; entre muchas otras obras que evidencian la existencia y singularidad de los llamados autómatas.
Hay infinidad de interpretaciones que nos sugieren que los personajes de los que se trata en diversas narraciones son autómatas, y hay gran cantidad de narraciones que nos muestran diferentes facetas de estos personajes, tal vez sin que hubiéramos reparado en el importante significado que tienen dichos autómatas como los antecesores de los ahora robots.
Elena Coria
Mujer. Estudiante de la vida, Biología, UNAM. Entusiasta de casi nada, pero interesada por casi todo, etc.
Referencias:
http://automata.cps.unizar.es/Historia/Webs/automatas_en_la_historia.htm
http://robotec11.tripod.com/id2.html
http://scielo.isciii.es/pdf/aue/v31n2/original1.pdf