Peligro de spoiler
Si viste la nueva versión de La Bella y la Bestia entonces quizá te preguntaste cómo es que Bella, quien era tan asidua a la lectura y tan lista, no pudo descifrar que su madre murió en una de las tantas olas de peste que azotó a Europa.
Quizá recuerdes una de las escenas de la película donde Bestia le muestra a Bella un libro que le dio la hechicera que lo embrujó. Con la magia del artefacto, quien lo posea podrá viajar al paraje que siempre quiso conocer. Luego de cerrar los ojos, ambos llegan a un pequeño cuarto parisino del siglo XVII. Parece ser media noche y la habitación está sola, sucia y desordenada. Después de cantar, como sucede en casi todas las escenas de la película, Bestia encuentra una máscara con forma de pico sobre una silla y ambos tienen un flashback donde reviven el trágico momento cuando el padre de Bella abandona a su moribunda esposa para proteger a la pequeña de la peste. Mientras esto ocurre, un hombre con una extraña máscara con forma de pico, le da consejos médicos al padre.
La escena plantea varias preguntas: ¿por qué los médicos se disfrazaban de pájaros para atender a las personas?, ¿no había una cura para la enfermedad de la madre de Bella? y, sobre todo, ¿qué diantres es la peste?
Pequeña rata, ¿pequeña amiga?
La historia de la peste es una historia de pulgas con empacho, ratas negras y una sociedad con poca higiene, casi como un cuento de terror.
Aunque la apestada de la que hablamos en este texto murió en Europa y en pleno siglo XVII, el origen de la peste fue encontrado dos siglos después en Hong Kong por dos reconocidos microbiólogos: el japonés Kitasato Shibasaburō y el suizo Alexandre Yersin.
En 1894, durante un brote ocurrido en la ciudad de Hong Kong, éstos científicos analizaron la sangre y los tejidos de enfermos donde encontraron la bacteria que provoca la peste: Yersinia pestis. Además, descubrieron que las ratas muertas cerca de las casas de los apestados también estaban infectadas.
Aunque se había hecho un gran avance, no se sabía con exactitud cómo la bacteria “brincaba” de las ratas a los humanos, lo que se conoce como zoonosis, es decir, una enfermedad que pasa de animales a humanos.
Fue hasta inicios del siglo XX que una comisión de investigadores organizada en la India encontró al responsable. Cerca de las ciudades en las que había brote de peste negra, los investigadores descubrieron poblaciones de roedores silvestres que estaban infectados por esta bacteria al igual que sus pulgas (Xenopsylla cheopis); cuando los roedores silvestres entraron en contacto con las ratas domésticas, que vivían cerca de los humanos, las pulgas portadoras de la bacteria infectaban a las ratas con Yersinia pestis y éstas a su vez contagiaban a los humanos.
¿Cómo es que lo roedores silvestres contagiaron a las ratas? En primer lugar, haremos un comentario sobre la anatomía de las pulgas. Éstas poseen dos tipos de “estómagos”, el primero es una especie de válvula que evita que la sangre succionada regurgite debido a que las pulgas se hinchan mucho al alimentarse; el segundo digiere la sangre obtenida. Las pulgas infectadas generan un coágulo en el segundo estómago, lo que evita que la sangre succionada siga su curso y el estómago-válvula comience a regurgitar sangre cuando la pulga se alimenta. Se dice entonces que ésta se bloquea y al no poder digerir alimento se vuelve más agresiva, buscando succionar un mayor número de veces: cada vez que succiona, regurgita sangre con altas cantidades de bacterias que infectan a las ratas. Los roedores, al ser poco resistentes a la infección, mueren en cuestión de días. Cuando fallecer el huésped, las pulgas, hambrientas, buscan el alimento más cercano: la suculenta sangre de los humanos.
Tres maneras de morir
Existen tres formas en las que se puede presentar una infección por Yersinia pestis.
La primera sucede cuando las bacterias se alojan en los ganglios linfáticos del enfermo generando un especie de tumor que recibe el nombre de bubón. En ocasiones, estos ganglios pueden hincharse tanto que se convierten en llagas expuestas que supuran y tienen mal olor. Este modus operandi de la enfermedad recibe el nombre de peste bubónica.
La segunda ocurre si las bacterias se transmiten directamente por el torrente sanguíneo provocando una infección en varios órganos. Generalmente provoca una muerte rápida y esta forma recibe el nombre de peste septicémica. Las etapas avanzadas de la peste bubónica pueden dar lugar a este tipo de peste.
Finalmente el tipo más contagioso y mortífero es la peste neumónica. Se da cuando la infección se genera en los pulmones. Los infectados pueden transmitir la enfermedad mediante la saliva.
El médico pájaro.
Durante años se creyó que la peste y otras enfermedades eran provocadas por los miasmas: una especie de aire venenoso producto de agua putrefacta o materia en descomposición. Si lo comparamos con varias enfermedades que se transmiten por vía aérea, los creadores de esta teoría no estaban del todo errados; la peste misma tiene su propio modo de transmisión por vías respiratorias.
Esta idea llevó a Charles De l’Orme, un médico francés, a crear un traje especial para los galenos que tenían que cuidar a los apestados. Su traje consistía en una túnica de cuero encerada que los cubría de los pies a la cabeza. El atuendo iba acompañado de un bastón para evitar el contacto con los enfermos, una especie de goggles para proteger los ojos y una máscara en forma de pico de pájaro en la que se depositaban espesas capas de sustancias aromáticas para evitar entrar en contacto con los miasmas. Algunos médicos llegaban a encender los inciensos dentro de la máscara para hacer el remedio “más efectivo”. Si el atuendo no protegía a los médicos, al menos anunciaba la inminente llegada de la muerte para los enfermos.
El traje de De l’Orme fue presentado en París en 1619 y se puso de moda por toda Europa, por lo que podemos deducir que la presencia de la máscara en la escena de La Bella y la Bestia está justificada.
Aunque De l’Orme falleció casi a los 100 años de edad, muchos de los médicos que usaron su traje fallecieron, pues ya sabemos que la peste no sólo se transmite de manera aérea.
¿Peste de apestar?
Las primeras referencias escritas sobre la peste se ubican en el siglo XVII, tres siglos después de la primera gran epidemia europea, y se bautizó con el término latino pestis atra.
El término ‘peste’ proviene del latín pestis, cuyo significado es ‘destrucción’, ‘ruina’ y ‘plaga’. Este término se usaba tanto para definir a la enfermedad como para hablar de todas las calamidades sociales que azotaban a Europa, como las hambrunas, los terremotos o las inundaciones.
Atra puede ser traducido como ‘oscuro’, ‘espantoso’ o ‘terrible’, aunque las primeras traducciones bautizaron a este padecimiento como “Peste negra” y no con el significado de ‘terrible’ o ‘espantoso’.
Algunos historiadores creen que esta acepción de atra como ‘negro’ se debe a que los síntomas de la enfermedad de los apestados presentaban ennegrecimiento y putrefacción de los bubones. Sin embargo, se ha comprobado que la peste bubónica no fue común en las primeras epidemias. Es por ello que otros estudiosos de las etimologías consideran que se trata de una traducción donde atra extiende su significado de ‘espantoso’ a ‘negro’; en español ésta palabra tiene tanto el significado de ‘color negro’ como ‘sensación negativa’, mientras que en latín se contaba con dos palabras para diferenciar estos significados: atra: espantoso y nigrum: color negro.
El triunfo de la muerte del pintor flamenco Petra Bruegela el Viejo. Se observa la muerte atacando a todos los estratos.
¿Crónica de una muerte anunciada?
¿La historia real de La Bella y la Bestia cuenta la forma en la que muere su madre? Bueno, primero cabría aclarar que la historia original no es la de la película animada de 1991 de Disney con la que todos crecimos… Admito haberla visto más de 30 veces.
La versión más cercana a la que conocemos fue escrita por la francesa Jeanne-Marie Leprince de Beaumont y es una versión resumida del original de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve.
En el original, Bella y Bestia son príncipes. Bella es hija de un rey y un hada, y es escondida en la familia de un mercader debido a la envidia de un hada malvada que quiere matarla para casarse con el rey. Por su parte, Bestia es huérfano de padre y es puesto bajo la custodia de un hada mientras su madre defiende el reino. Cuando éste se convierte en adulto el hada se enamora de él, pero ante la negativa del príncipe es convertido en bestia.
La peste, los musicales eternos o las máscaras de pájaro no tienen lugar en ninguna de las historias.
Nos queda claro que la peste no es obra de hadas o brujas, simplemente es resultado de la conquista de nuevos espacios por los humanos y su convivencia con especies con las que no está acostumbrado. Tal vez la peste hoy nos parezca tan lejana como vivir una vida similar a la de Bella, pero el riesgo de epidemias provocadas por enfermedades que “saltan” de animales silvestres a humanos cada día es más grande, ¿tendremos la capacidad de hacerlas desaparecer con un simple hechizo? Las brujas no existen, pero la ciencia siempre estará a nuestro alcance.
Puedes darle un vistazo a las versiones de La Bella y la Bestia aquí y contarnos qué te parecen.
Autor: José Eduardo González.
Le gustan los zombies, pero no le gustaría ser uno de ellos. Director de ADN Aprende y Descubre la Naturaleza. Social media manager de la Revista Ciencia de la Academia Mexicana de Ciencias.
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Ilustración: Bernardo Ortega
Artista Visual. Es estudiante en la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM. Se especializa en el uso de técnicas de imagen bidimensional, específicamente en litografía, fotografía, Imagen digital, pintura y dibujo a gran y medio formato.
Referencias.
Benedictow, O. J. (2004). La Peste Negra (1346-1353), la historia completa. Ediciones Akal.
Longo, D., et al. Harrison, Principios de medicina interna, vol. 1 (18ª). McGraw Hill Editores.
Perez-Tamayo, R. (2016). La muerte (2ª). El Colegio Nacional.
OMS (2016). Nota descriptiva de la Peste. Consultada en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs267/es/
Pino-Campos, L. M. y Hernández-González, J.P. (2008). En torno al significado original del vocablo griego epidēmía y su identificación con el latino pestis. Dynamis 28: 199-215. Consultado en: http://scielo.isciii.es/pdf/dyn/v28/09.pdf
Rosenhek, J. (2011). Doctors of the Black Death: The infamous plague doctors of the Middle Ages were a fearsome sight. Doctor’s Review. Consultado en: http://www.doctorsreview.com/history/doctors-black-death/
Villeneuve, G. (1740). La bella y la bestia. Consultada en: https://drive.google.