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Mr.Nobody ¿Está todo predeterminado?

Mr.Nobody ¿Está todo predeterminado?

La película “Las vidas posibles de Mr. Nobody” fue dirigida por Jaco Van Dormael en el año 2009 en España y protagonizada por Jared Leto. Para poder comprender este enredado pero entretenido filme podemos plantearnos varias cuestiones conforme se desarrolla la película, algunas de ellas: ¿realmente existimos? ¿Y si todo es parte de nuestra imaginación? Creo que varias personas, si no es que todos, en algún momento hemos pensado en esta posibilidad a cerca de nuestra vida más de una vez y he aquí la pregunta clave: ¿qué es la vida?

La película comienza con un anciano llamado “Mr. Nobody” (Jared Leto) que en el transcurso del filme cuenta la historia de un niño, Nemo, quien enfrenta un difícil momento cuando sus padres se separan y no puede decidir con quién irse. Pero, en realidad Nemo es él mismo recordando su infancia, lo curioso es que Mr. Nobody narra muchas versiones de su propia vida y nos hace creer que vivió varias vidas al mismo tiempo. Esto genera cierta confusión para quién la ve, pues se cuestiona: ¿es esto posible? Cuando nos sentamos a pensar sobre nuestra propia vida, varias veces nos preguntamos qué hubiese sucedido si las cosas fueran diferentes, si hubiéramos tomado otra decisión, por ejemplo: haber escogido otra carrera, tomar otro tipo de transporte, tener otros amigos, haber escogido una pareja diferente a la que se tiene, es como si cada pequeña decisión por insignificante que pareciera nos llevara por caminos diferentes y las cosas no estuvieran predeterminadas en nuestra vida. Pero, pienso que eso es lo que Jaco Van Dormael pretende que analicemos en esta película, pues en el filme cuando Nemo es sólo un bebé tiene la opción de escoger quienes serán sus padres, pero, sin importar las decisiones que toma, irse con su padre donde su vida se basará en cuidarlo por su enfermedad o irse con su madre donde su vida se verá en conflicto con ella, tendrá un padrastro y se enamora de su hermanastra, entonces ¿Su vida ya estaría predeterminada?

Si recurrimos a la física para encontrar una explicación a la ficción, podemos utilizar la teoría de sistemas complejos, con la cual se pretende comprender la complejidad de varios sucesos en la naturaleza, los cuales al estar interconectados entre sí crean información adicional no visible antes del observador, es decir, que una pequeña perturbación en el espacio o lugar puede generar un efecto muy grande. Algo parecido sucede con el efecto mariposa, que dice que, dadas unas circunstancias y condiciones iniciales en un determinado sistema, cualquier pequeña discrepancia entre dos situaciones con una variación pequeña en los datos iniciales acabará dando lugar a situaciones donde ambos sistemas evolucionan en ciertos aspectos de forma completamente diferente, un ejemplo de esto, propuesto por Edward Norton Lorenz menciona que si se parte de dos mundos o situaciones globales casi idénticas, pero en una de ellas hay una mariposa aleteando y en la otra no, a largo plazo, el mundo con la mariposa y el mundo sin la mariposa acabarán siendo muy diferentes. En uno de ellos puede producirse a gran distancia un tornado y en el otro no.

Esto nos ayuda a comprender mejor por qué Nemo de anciano cuenta que tuvo muchas vidas, pues cada pequeña perturbación o decisión que sucediera en su vida lo llevaba a varios caminos, con personas distintas. Con las ecuaciones de dinámica de la física, se puede predecir lo que pasará, me refiero a que podemos determinar a qué velocidad se mueve un móvil, o a que distancia avanzará un tren con las condiciones iniciales. Sin embargo, en la mecánica cuántica no sucede de la misma forma, a nivel atómico, los átomos no distinguen entre pasado o futuro, podemos saber su estado, pero no predecir lo que sucederá. Me refiero a que, si tuviésemos dentro de una botella con agua una pequeña pelota sabemos que esta oscilará, pero, si la misma pelota se colocará en la tapa de la botella, no podemos predecir hacia qué lado caerá y como lo hará. Entonces, relacionándolo con la película, a pesar de que Nemo escogiera a sus papás es muy improbable que pudiera predecir lo que pasaría, qué sería de su vida, con quién se casaría.

Aunque, durante toda la película, Anna se mantiene constante en todas las vidas posibles de Nemo y sería interesante saber qué significa. También, siempre permanece casado o con pareja nunca se muestra solo, esto nos demuestra que para Nemo el amor era una base importante. El agua es otra constante, aunque no supiera nadar, representaba el cambio cuando pasaba de una vida a otra.

Lo que más me intriga de la película es la identidad de Mr. Nobody. Ya que en una parte el anciano menciona que él mismo no existe, que solo es la imaginación del niño que no saber qué decisión tomar, pero al mismo tiempo pareciera que es éste mismo anciano quién recuerda su pasado, ¿Entonces, es Nemo de anciano recordando cuando era niño y una difícil situación que tuvo que enfrentar? ¿O es Nemo de niño imaginando su vida según las dos posibilidades? Pienso que el director lo que quiere dejar a nuestra interpretación, o quizás sean ambas personas al mismo tiempo. Podemos pensar que esto es imposible, pero la paradoja del gato de Schrödinger nos podría dar la posibilidad de lo contrario. En ella Erwin Schrödinger plantea un sistema formado por una caja cerrada y opaca que contiene un gato en su interior, una botella de gas venenoso y un dispositivo, el cual tiene una sola partícula radiactiva con una probabilidad del 50 por ciento de desintegrarse en un tiempo dado, de manera que si la partícula se desintegra, el veneno se libera y el gato muere. Al terminar el tiempo establecido, la probabilidad de que el dispositivo se haya activado y el gato esté muerto es del 50 por ciento, al igual que la probabilidad de que el dispositivo no se haya activado y el gato esté vivo. Como la caja es opaca el observador no puede estar completamente seguro del resultado y debido a esto ambas situaciones son probables.  Según los principios de la mecánica cuántica, hay una propiedad que poseen los electrones, de poder estar en dos lugares distintos al mismo tiempo y ser detectados por los receptores, dándonos a sospechar que el gato estará vivo y muerto a la vez. Sin embargo, una vez que se abra la caja para comprobar el estado del gato perturbaremos este estado, como se menciona en el efecto mariposa. Ahí radica la paradoja.  Relacionándolo con la película, a nivel cuántico podría existir la posibilidad de que efectivamente, Nemo, tuviera diferentes vidas al mismo tiempo.

No sería tan “descabellado” pensar en esta posibilidad. Al final, la película se basa en esto, en las posibilidades ante cualquier perturbación que suceda en el espacio, o decisión que tomemos. Podría ser también que Mr. Nobody haya tenido tantas vidas al mismo tiempo que no fuera nadie. Sería bastante interesante experimentar cada una de las diferentes opciones que se nos presentan en la vida y no quedarse con la duda del qué hubiera sucedido. Aunque, ¿nos agradaría saber qué pasará en nuestro futuro?, al final de esta película Jaco Van Dormael plantea sobre Mr. Nobody: antes era incapaz de hacer una elección porque no sabía que iba a pasar. Ahora que sabe lo que va a pasar, es incapaz de hacer una elección.

REFERENCIAS

  • Ramón García Pelayo y Gross. (1990). Enciclopedia metódica Larousse tomo 5.

Matemáticas, informática, Física. Paseo de Grecia, Barcelona: Larousse.

  • David Holliday, Robert Resnick. (1982). Física. Parte 1 y 2. México D.F: COMPAÑÍA

EDITORIAL CONTINENTAL, S.A. DE C.V.

Agradecimientos:

Dr. Sahen Gacyan. Instituto de Física UNAM

Psicólogo Jonathan Zavala. Facultad de Estudios Superiores Iztacala

 

Autora - Montserrat Fabiola

Estudiante de física de la facultad de Ciencias de la UNAM. Con gusto por la neurociencia, los museos, el jazz, el cine y el deporte, miembro también de la Sociedad Astronómica NIBIRU grupo de divulgación científica. Tiene una gran pasión por los viajes y por aprender siempre algo nuevo en cada lugar.

Diseñadora - Linda Soley Silva

Diseñadora egresada de la Facultad de Artes y Diseño con gusto por los medios de comunicación, las ciencias naturales, el arte, los museos y las expresiones culturales de la caótica ciudad de México. Actualmente estudia una especialidad en animación 3D.

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DIENTES DE DRAGÓN Y LA GUERRA DE LOS HUESOS

«Dientes de Dragón» es una novela póstuma escrita por Michael Crichton. En ella se cuenta la historia de uno de los estudiantes del paleontólogo Othniel Marsh (1831-1899) y tiene como contexto la parte más encarnizada de la Guerra de los Huesos, que es el nombre que se le da la disputa académica entre este paleontólogo y su rival el también estadunidense Edward Cope (1840-1897). La novela fue publicada el año pasado y ha recibido varias críticas, desde que es una narración simplista, por USA Today, hasta que es una novela histórica bien estructurada según The Washington Post. Para explicar al lector qué fue la Guerra de los Huesos, utilizaré a un estudiante ficticio que trabajó para ambos paleontólogos.


Es 12 de enero de 1890 en Nueva York. Un estudiante lee una nota en la primera plana del Herald sobre uno de sus profesores en Yale. El titular es «Científicos libran guerra encarnizada» y el texto expone una década de conflicto entre Othniel Marsh, el ahora presidente de la Academia Nacional de Ciencias, y su rival, el paleontólogo Edward Cope de la Universidad de Pensilvania. Cope denuncia en las nueve columnas de la nota los abusos que Marsh ha cometido contra sus estudiantes, además denuncia plagios y actitudes desleales del profesor de la Universidad de Yale.

El estudiante lee la nota pasmado recordando cuando estudiaba en Yale, antes de mudarse a Nueva York. El profesor Othniel Marsh era en realidad desagradable a su parecer. Mientras estuvo en la universidad se escuchaban historias de estudiantes que iban a alguno de los yacimientos de donde Marsh obtenía sus fósiles y terminaban varados en algún lugar del Oeste.

La red ferroviaria comenzaba a construirse y expandirse para comunicar todos los pueblos angloparlantes aislados en Las Grandes Planicies. Estas enormes estepas, entre las Montañas Rocallosas y el río Mississippi, eran el escenario de las Guerras Sioux (1854-1899) que enfrentaba a los pueblos indígenas de los Lakota y Cheyenne contra la armada estadounidense que buscaba establecer dominio total sobre los territorios que hoy forman las Dakotas, Nebraska y Kansas. El Oeste no era el lugar para dejar varado a un estudiante del Este.

El paleontólogo Edward Cope acusaba a Marsh de su actitud parcial en la dirección de la Academia Nacional de Ciencias y de haber puesto obstáculos en la carrera de Cope. Mientras el resto de Nueva York comentaba la nota como algo de la tertulia, en el ámbito paleontológico era un alivio que el conflicto que llevaba más de diez años saliera a la luz. Una especie de catarsis colectiva.

Nadie sabe a ciencia cierta cómo comenzó la rivalidad entre Cope y Marsh. Ambos eran paleontólogos, ambos habían estudiado en Europa y los dos tenían carreras exitosas. Pero en muchos aspectos, Cope y Marsh eran muy contrarios. A finales del siglo XIX había dos escuelas de pensamiento que pretendían explicar la evolución. Para el paleontólogo Cope, la transformación a lo largo de generaciones era explicada por los seis fenómenos que el naturalista británico Richard Owen había postulado, todos ellos relacionados con la estructura interna de los organismos.

Estos seis fenómenos eran la partenogénesis, o reproducción asexual, el desarrollo prolongado de alguna estructura corporal, el nacimiento prematuro, las malformaciones congénitas, la atrofia o reducción de tamaño de un órgano, la hipertrofia o crecimiento de un órgano, y la transmutación, donde un órgano se convierte en otro. Para Marsh, los dos procesos postulados por el también naturalista británico Charles Darwin, la selección natural y la selección sexual, eran suficientes para explicar toda la historia de la vida. Para Cope, la evolución era un proceso dirigido por fuerzas internas; para Marsh, era el ambiente el que tenía el peso más grande en la dirección de la evolución.

Si bien, este pudo haber sido el terreno para la rivalidad, a ciencia cierta nadie sabía dónde había comenzado el antagonismo. La guerra entre ambos había sido declarada en 1866, cuando Marsh reevaluó la reconstrucción de un reptil marino al que Cope había llamado Elasmosaurus. Cope llevaba meses estudiando al plesiosaurio encontrado cerca de Fort Wallace, en Kansas. El esqueleto fue preparado y montado en el Museo de la Academia de Ciencias de Filadelfia y Cope había invitado a Marsh a estudiar el ejemplar. Marsh sugirió que la cabeza se encontraba en el extremo opuesto, y Cope se ofendió por la insinuación, dado que llevaba meses estudiando el espécimen.

Lo cierto es que el error venía de más atrás, cuando en 1851 el profesor Joseph Leidy, de quien Cope era estudiante, había establecido la morfología de las vértebras del cuello en un plesiosaurio más incompleto al que llamó Cimoliasaurus. Cuando Marsh invitó a Leidy a observar el espécimen, Leidy tuvo que reconocer su error en vista de ver al animal completo: lo que pensaba que eran vértebras cervicales eran caudales. Leidy publicó un artículo con la corrección sobre la reconstrucción de Cope, y Cope, en un intento desesperado por enmendar la situación, utilizó sus recursos para intentar comprar todas las copias de la descripción de Elasmosaurus. Marsh y Leidy habían conservado sus copias.

En palabras de Marsh, como quedaría publicado posteriormente, el 19 de enero de 1890, en respuesta a la nota ventilada por Cope la semana anterior en el Herald, esta fue la raíz de la disputa entre ambos.

En la versión de Cope, la rivalidad había comenzado cuando él invitó a Marsh a estudiar unos fósiles de dinosaurios colectados en Nueva Jersey en 1868. Cope había encontrado la localidad y cuando regresó a realizar más excavaciones, el acceso le fue restringido y todos los fósiles de la región fueron mandados a Yale para que Marsh los estudiara. Puede ser que la venganza de este suceso aconteciera años después, en 1872, cuando ambos paleontólogos estaban colectando mamíferos en estratos del Eoceno de la Cuenca Bridger, en Wyoming. Marsh escribió una carta a Cope acusándole de sustraer sin su conocimiento fósiles del yacimiento, que él consideraba suyos; Cope, en respuesta, escribió «todos los especímenes que colectaste en agosto de 1872 me los debes a mí». Sin más contexto, ha sido atribuido que esta oración se refiere a que gracias a los hallazgos realizados en 1868 se propulsó la carrera de Marsh.

La tensión entre Marsh y Cope se extendió por toda la academia zoológica. Sus dimensiones lograron, por ejemplo, que el profesor Joseph Leidy, quien había fundado la paleontología de vertebrados en el Oeste, abandonara la búsqueda de fósiles en esa región temiendo que la pelea entre su ex estudiante y Marsh terminaran pasándole factura.

El estudiante estaba sentado en una cafetería a las afueras del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York y no podía sino leer impávido la tirada en el Herald. Él sabía que pronto sería contactado por el reportero William H. Ballou por haber trabajado para Marsh, y luego haberse ido a Nueva York a trabajar con un amigo cercano de Cope, Henry Fairfield Osborn. Osborn había ayudado en 1855 a Cope durante una crisis financiera comprando parte de la colección de Cope para mudarla y exhibirla en el naciente museo en Nueva York.

Cope tenía dos casas: una para él y su familia, y otra para su colección de fósiles. Con todo y el tamaño de su colección, la colección de Marsh era mucho mayor y él la utilizó como base para fundar el Museo Peabody en 1866, gracias al financiamiento de su acaudalado tío George Peabody.

Cope había recibido en una carta, enviada por el paleontólogo Samuel Wendell Williston, una larga lista de quejas donde aseguraba que Marsh había publicado mucha de la información que había conseguido cuando trabajó con él en 1885 como si hubiera sido solo trabajo de Marsh. Cope utilizó esta carta para ventilar el asunto en la prensa y el estudiante sabía que el periodista estaría buscando a otros colegas naturalistas que hubieran trabajado con ambos solamente para encontrar más aristas en la ya de por sí complicada historia.

El estudiante, quien ahora leía parte de su historia en un café, había pasado un trago muy amargo por culpa de Marsh, pero uno de sus amigos en Yale había pasado por peripecias más grandes al ser abandonado a su suerte durante una expedición organizada por Marsh. La historia de su amigo sería la base de la novela de Michael Crichton casi siglo y medio después: «Dientes de Dragón».

                                     


 

 Este capítulo en la historia de la paleontología se conoce como La Guerra de los Huesos y fue fundamental en el desarrollo de la paleontología moderna. Entre Othniel Marsh y Edward Cope describieron alrededor de 130 especies de dinosaurios y debido a la rapidez con la que se realizaban las publicaciones, la taxonomía de estos hallazgos sigue siendo constantemente revisada.

La paleontología de dinosaurios debe mucho a Michael Crichton y a su novela «Parque Jurásico»; pero esta novela debe muchísimo más a La Guerra de los Huesos, porque los dinosaurios descritos en la novela de Crichton, Hadrosaurus, Tyrannosaurus y Velocirator fueron descritos primero por Leidy y Osborn, mientras que Apatosaurus, Coelurus, Dryosaurus, Stegosaurus y Triceratops fueron descritos por Marsh.

Como paleontólogo, considero que la novela de Michael Crichton refleja de manera fidedigna las personalidades de Marsh y Cope. Sin embargo, para disfrutar esta novela puede ser necesario entender las dimensiones de la Guerra de los Huesos, un evento parteaguas en el modo en el que los investigadores comenzaron a hacer ciencia. Si bien no hubo bajas en esta guerra, la rivalidad entre estos dos personajes fijaría el rumbo de la paleontología por el siglo siguiente y hasta la actualidad.

 

«Dientes de Dragón» no es una historia sobre dinosaurios, sino sobre paleontólogos. Es un recordatorio sobre el origen de nuestra fascinación por los dinosaurios y que desempolva la historia para hacer populares los nombres de Marsh y Cope. En parte, a ellos agradecemos que la franquicia de «Parque Jurásico» nos mostrara «cuando los dinosaurios gobernaban la Tierra».

 

Autor

Omar Rafael Regalado Fernández[author] [author_image timthumb=’off’]https://labombillailuminarte.org/wp-content/uploads/2018/12/IMG_20180829_150059086.jpg[/author_image] [author_info]Biólogo egresado de la facultad de ciencias de la UNAM. Candidato a doctor en Ciencias de la Tierra por University College London (UCL). Es paleontólogo especializado en dinosaurios que actualmente realiza su tesis sobre la historia evolutiva de los dinosaurios sauropodomorfos. En sus ratos libres es divulgador de la ciencia en medios de comunicación hispanos. [/author_info] [/author]  

Ilustración

Linda Soley Silva[author] [author_image timthumb=’on’]https://labombillailuminarte.org/wp-content/uploads/2018/12/soley.jpg[/author_image] [author_info]Diseñadora egresada de la Facultad de Artes y Diseño con gusto por los medios de comunicación, las ciencias naturales, el arte, los museos y las expresiones culturales de la caótica ciudad de México. Actualmente estudia una especialidad en animación 3D.[/author_info] [/author]  

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SUPERSTICIONES FÚNEBRES

 

Lo que la muerte nos enseña de la vida y viceversa Parte I.

Mi madre me prometió que el espíritu de mi abuela vendría a visitarnos antes de que se cumpliera un año de su partida. Mañana se cumple un año de que Doña Esmeralda, la matriarca de nuestra familia falleció, y mi mamá me ha despertado alegre para que saliera al patio a ver una gran mariposa negra pegada sobre la puerta. “Ya llegó tu abuela”.

No sé si en tu familia pasa lo mismo pero en la mía hay ciertas supersticiones tan arraigadas que es complicado hallarles sentido. Ese es el caso de la fascinación de mi familia con las mariposas negras. La misma Doña Esme creía firmemente que las mariposas negras o Ascalapha odorata como la llaman los científicos, visitaban las casas ya sea para anunciar una próxima muerte o para enviar el mensaje de los fallecidos ansiosos por visitar a su familia.

Aunque yo nunca he sido creyente de esas supersticiones, Doña Esme se encargó de transmitir algunas a mi madre y a todas sus hermanas, por lo que en mi familia no se puede contar el dinero sobre una cama recién tendida, no se deben señalar los arcoíris, y cada vez que hay un eclipse solar las embarazadas deben ponerse un seguro en la ropa a la altura del ombligo. Todas estas raras creencias parecen irracionales, pero hay muchísimas personas que creen en éstas y otras supersticiones, y en parte se debe a cómo el cerebro le pone orden a las cosas.

Los seres humanos no son los únicos animales que tienen supersticiones. En los años cuarenta el grupo de investigación del psicólogo Frederich Skinner observó que las palomas a las que estaban tratando de entrenar empezaron a tener conductas muy raras. Se trataba de ocho palomas, cada una en su propia jaula. Las jaulas estaban adaptadas para que cada diez minutos se liberara una pequeña porción de comida a las hambrientas palomas. Imaginen a la paloma número uno, que mientras estaba tranquila con la mirada hacia el techo de su jaula, cayó comida en su alimentador.

La paloma fue a comer agradecida por haber obtenido alimento. Pero como es muy lista, desde ese momento volteó a ver el techo cada vez que quería comida, lo hizo una y otra vez hasta que después de cierto tiempo viendo el techo (diez minutos por ejemplo) volvió a oír la comida caer. Podemos imaginarla pensando satisfecha “Ya sabía yo que viendo el techo me iban a dar comida”.

Lo mismo pasó con la paloma número dos, sólo que ésta no recibió comida mientras veía el techo, si no que a ella, casualmente, le tocó recibir el alimento mientras estaba aleteando. La paloma número dos relacionó la comida con su aleteo, por lo que empezó a aletear más para saciar su hambre. Si vemos a la paloma tres, en lugar de ver el techo o aletear, ella movía la cabeza de lado, mientras que la número cuatro se acicalaba el lado izquierdo de su cuerpo y así, cada paloma relacionó su comida (que aparecía de manera constante cada diez minutos) con una conducta totalmente aleatoria, y que en cada caso fue diferente. Skinner llamó a esto conducta supersticiosa.

Para nosotros es obvio que ni el acicalarse el ala izquierda ni ver hacia el techo provocaban la entrega de comida en los comederos, pero las palomas lo creyeron firmemente, ya que cada una de ellas no dejó de hacer esa misma conducta una y otra vez hasta que, pasados los diez minutos aparecía la comida.  ¿Son tontas estas palomas haciendo conductas azarosas para obtener comida que ya de por sí iban a obtener? No necesariamente, pues lo mismo nos pasa a los humanos.

El cerebro es una herramienta que ha ayudado a muchos animales a sobrevivir en un ambiente que está cambiando todo el tiempo. Y esto es gracias a que nos permite memorizar y aprender las características del entorno que nos permitan obtener alimento y refugio de los depredadores así como del clima. Cualquier clave o pista que nos de la naturaleza para conseguir cosas útiles para sobrevivir es sumamente valiosa.

Imaginen un primate que en algún momento de su vida ha visto a algún compañero ser atacado por una serpiente, quien tiempo después muere víctima del veneno, lo más lógico para el animal es conectar ambos eventos: la mordedura de la serpiente y la posterior muerte de quien fue mordido. Este primate ahora le temerá a las serpientes, aún a aquellas que no son venenosas ya que detenerse a averiguar si una serpiente posee veneno o no, no es una estrategia útil para la sobrevivencia. En la adversa naturaleza la mejor estrategia es aprender rápido, por lo que nuestro cerebro opera bajo la lógica de “apréndelo y luego preguntas”.

El problema viene cuando lo que aprendemos son meras coincidencias, como en el caso de las palomas. Pero puede que lo mismo haya ocurrido con mi familia y las mariposas negras. La Ascalapha odorata, al igual que otras mariposas de hábitos nocturnos no es muy agraciada si a colores nos referimos, pero lo que las hace destacar es el gran tamaño que pueden alcanzar. Pueden medir hasta 18 cm de ala a ala, por lo que difícilmente pasan desapercibidas cuando, al buscar frutos que comer, quedan atrapadas en las paredes de alguna casa.  Son animales estacionales, es más común ver mariposas adultas en los meses de agosto a noviembre, los meses anteriores al invierno.

Una hipótesis del origen de la superstición es que las personas comenzaron a relacionar el aumento de estos animales con la llegada de las épocas más frías y difíciles del año, por lo que le empezaron a atribuir la característica de augurio de mala muerte. De todas las mariposas que llegan a quedar atrapadas en casas, puede que algunas hayan tenido la mala suerte de quedarse en la casa de alguien que próximamente iba a morir. Fue una mera coincidencia, de esas que le encantan a nuestro cerebro y por ende las relaciona automáticamente, aún si los eventos no tienen nada que ver.

Esas pocas coincidencias han sido suficientes para que muchas culturas asocien a esta mariposa como mensajera de la muerte, y es justo lo que ocurrió esa mañana en que mi madre halló esa mariposa negra posada en el patio de la casa. Curiosamente mi abuela falleció en octubre, en la época en que el número de mariposas aumenta en casi todo el continente americano. Una coincidencia, pero si al cerebro le decimos que ni las mariposas ni la muerte están relacionadas de ninguna manera, el cerebro nos diría en tono jactancioso al mismo tiempo que cruza los brazos: ¡Uy, qué casualidad! ¿No?

Si para los primates ha sido de gran ayuda evadir serpientes a toda costa, en el ambiente que nos toca vivir a los humanos actuales esta forma de organizar nuestro mundo ya no es del todo beneficiosa, pues hemos logrado relativa estabilidad en nuestro ambiente directo. Algunas de esas estrategias de aprendizaje y comportamiento se han convertido en los llamados sesgos cognitivos, que son errores en la interpretación del mundo que nos llevan a sacar conclusiones distorsionadas. Uno de esos sesgos es el de confirmación.

El sesgo de confirmación ocurre cuando sólo prestamos atención a aquello que confirma nuestras creencias. Tomen por ejemplo a las personas antivacunas. Parte del movimiento antivacunas se basa en la idea de que aplicarles vacunas a los niños los pone en riesgo de padecer autismo. Aquí opera el principio de coincidencias. Casualmente la edad de aplicación de las vacunas coincide con la edad en que se suele diagnosticar el autismo y trastornos del neurodesarrollo. Pero además entra en acción el sesgo de confirmación.

Los padres antivacunas sólo harán caso a la evidencia que confirme sus creencias. Así exista un millón de casos en donde las vacunas no tuvieron efectos negativos en los niños, sólo le pondrán atención a un caso en donde la vacuna y el diagnóstico de autismo ocurrieron uno después de otro. Toda la demás información tiende a omitirse pues va en contra de sus hipótesis.

El mismo sesgo de confirmación lo tenían las palomas supersticiosas. Una paloma pudo haber agitado las alas 30 veces sin recibir comida, pero con una vez que coincidiera el aleteo con la comida era suficiente para omitir los treinta intentos anteriores. Eso también aplica cuando coincidentemente la gente se cura con homeopatía, y explica por qué los terraplanistas niegan las numerosas evidencias de que la tierra no es plana. Nuestro cerebro es muy necio.

El sesgo de confirmación también apareció en mi madre. Ya otras veces durante el año habían aparecido mariposas negras en la casa, pero para ella sólo fue relevante esa mariposa que apareció cerca del aniversario luctuoso de su mamá. Además no es la única casa donde han aparecido mariposas, en la casa de los vecinos también ha aparecido una mariposa negra. Nadie ha muerto en esa casa y como dudo mucho que Doña Esme haya querido visitar también a los vecinos, no me queda más que pensar que nada de esto está relacionado.

Después de contarle a mi madre todos estos argumentos,  el por qué yo  no creía en la superstición familiar de las mariposas negras, me dirigió una mirada tristemente amorosa y me dijo: “Podrá ser superstición, pero es bonito pensar que tu abuela tiene ganas de venir a vernos”.

Mariposas y molinos, Salvador Dali

 

Referencias

El ser humano es un extraordinario detector de serpientes

https://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/el-ser-humano-es-un-extraordinario-detector-de-serpientes/

Qué es la superstición. La psicología de la conducta supersticiosa

https://blog.cognifit.com/es/que-es-supersticion-psicologia-conducta-supersticiosa

Mariposa maldita

http://www.ngenespanol.com/fotografia/lo-mas/11/09/21/mariposa-maldita-vida-salvaje

Naturalista

https://www.naturalista.mx/taxa/61503-Ascalapha-odorata

 

Autor

Juan José F. Valdiviezo es egresado de la Facultad de Psicología de la UNAM con amplia experiencia en divulgación de las neurociencias. Actualmente trabaja en investigación con pacientes consumidores de drogas y niños con problemas cognitivos. Es amante de la ciencia ficción.

Ilustración 

Linda Soley Silva

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SIN POPOTES, SIN EXCUSAS Y SIN DEJARSE VENCER

–Hacía tres meses que no venía a este lugar– me dijo Maité mientras esperábamos mesa.

Era un lugar en el centro de la ciudad de México que se había hecho popular por la música que ponían de jueves a sábado (salsa, chachachá, timba y bolero); acostumbrábamos ir al menos una vez al mes y bailábamos como nos daban a entender las piernas. Casi siempre evitábamos las bebidas alcohólicas y nos limitábamos a tomar agua para durar más tiempo en la pista, procurábamos bailar siempre apartados de las demás parejas y, siendo justos, no creo que lo hiciéramos tan mal.

Diría que ella y yo éramos más amigos que pareja, nos llevábamos bien y podíamos mantener pláticas bastante amenas cuando estábamos juntos, eran conversaciones tranquilas y sin ninguna aspiración intelectual o sin ningún tipo de prejuicios. Podíamos hablar de la serie que nos gustaba, comentar las cosas que nos preocupaban, el qué haríamos de nuestra vida, los problemas que teníamos en la cabeza o simplemente especular sobre si llovería o no.

Por aquellos días me mantenía de pequeños trabajos que me salían de vez en cuando, principalmente me sostenía de dar clases particulares. De manera general, la vida no me estaban saliendo tan bien como esperaba pero ahí iba, como reza el dicho: una de azúcar por dos de sal.

Ella tenía un trabajo de oficina de medio día que no le agradaba mucho pero que le ayudaba a mantenerse; había estudiado música (tocaba la trompeta, especialmente ritmos cubanos) y aún no lograba concretar el proyecto de fusión cubana que estaba llevando con algunos compañeros de escuela.

Ahí la íbamos llevando, un día después del otro, sin dejar que la realidad acabara con nosotros y poniendo el cuerpo en todo lo que hacíamos, sin excusas y sin dejarse vencer.

En una ocasión, mientras daba clase de trigonometría a un grupo de secundaria, una niña levantó la mano, y sin esperar a recibir la palabra dijo:

–Profesor, ¿sabía usted que los humanos estamos acabando con el planeta?

Me quedé un poco sorprendido por su pregunta tan fuera de lugar, aunque, pensándolo bien, no debí extrañarme, desde hacía rato la niña estaba atenta a una revista mientras yo enseñaba el teorema de Pitágoras. Y siguió:

–No es que no me importe el teorema, bueno, un poco sí, porque estoy segura que nunca en la vida lo voy a necesitar, pero es que además yo ya me lo sé.– Y lo empezó a recitar de memoria–. La suma del cuadrado de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa, y ya, es así de fácil y poco importante. Lo que sí es importante es que nuestro planeta se está muriendo, mire.– Desde su lugar levantó la revista que estaba leyendo, en la imagen que mostró se veía un caballito de mar que se sujetaba con su cola un cotonete [1].

No supe que contestar. Apresuré un poco la clase de trigonometría y media hora antes de terminar la sesión le pedí la revista y leí a todo el grupo la noticia con la imagen del hipocampo.

Ese día aprendimos que los humanos tiramos cantidades enormes de basura y una gran parte de ella es plástico que termina en el mar. Conforme pasa el tiempo, el plástico se desintegra, pero desintegrarse no es lo mismo que desaparecer, es algo más parecido a fragmentarse, entonces una bolsa de supermercado que se desintegra es una bolsa de que se convierte en cientos de pequeños trozos de plástico microscópico. Estos trozos diminutos y cualquier otro fragmento de plástico de un tamaño menor a medio centímetro forman el ejército de los microplásticos, un conjunto enorme de plásticos microscópicos que se mueven con las ondas marinas.

Pero la cosa no terminaba en la enorme mancha de microplásticos flotando en el océano, esa masa de microplásticos estaba sirviendo como alimento para los animales marinos. Un alimento que claramente no cumple ninguna función nutricional, llena los estómagos de peces, mamíferos y aves, y evita que sus alimentos reales los nutran, comprometiendo su supervivencia.

Es día al salir de la escuela me había quedado de ver con Maité, teníamos planeado comer juntos en un restaurante cerca de mi casa y después la acompañaría a comprar una nueva boquilla para su instrumento. Durante la comida y mientras caminábamos a la tienda de música, comentamos lo que había leído en clase. Pensamos en todas esas cosas que hacíamos a diario y notamos que todas en mayor o menor medida afectaban nuestro planeta y a los seres vivos que lo habitan. Nos dimos cuenta que sabíamos muy poco sobre el tema y al llegar a casa hicimos una ligera búsqueda en internet.

Leímos que cada año, entre cinco millones y trece millones de toneladas de plástico fluyen hacia el mar, y se ha encontrado el micro plástico presente en al menos ciento catorce especies acuáticas [2]. Vimos también muchas imágenes de animales marinos y aves muertos en las costas o flotando en el mar, la mayoría de ellos con el estómago lleno de basura o envueltos en bolsas o botellas. Encontramos  imágenes de playas llenas de plástico mezclado con la arena; también encontramos la imagen del hipocampo que se sujetaba al cotonete, la misma de la revista que leímos en clase. Junto a la imagen se leía:

Para sortear las corrientes marinas, los caballitos de mar se aferran a hierbas marinas y otros desechos naturales a la deriva. En las aguas contaminadas frente a la costa de las isla indonesia de Sumbawa, este caballito de mar se ha aferrado a un aplicador de algodón” [1]

Sentimos impotencia y culpa, no sabíamos cómo asumir nuestra responsabilidad. Claramente el acto individual de no consumir popotes, o de llevar nuestras propias bolsas al mercado no estaba teniendo el impacto que nosotros creíamos; era obvio que a pesar de que nosotros dejásemos de usar popotes, la industria del popote continuaba haciendo popotes y que los supermercados se seguían llenando de bolsas de plástico. Día con día podíamos comprobar que en los restaurantes y fondas se seguían usando recipientes de unicel y vasos desechables.

El final de ese día nos encontró bastante inquietos, no teníamos sueño. Fue ahí que decidimos salir, ver gente, dejarnos la frustración moviendo el cuerpo. Y así, mientras esperábamos a entrar al local ella me dijo:

–Hacía tres meses que no venía a este lugar, me recuerda mucho a mi hermano mayor y no sé por qué. Quizás sea por su alegría y sus ganas de vivir cada momento.

Yo había tratado al hermano de Maité solo una vez, habíamos ido a verlo jugar un sábado hacía ya más de tres meses, jugaba béisbol en una liga independiente los fines de semana y entre semana pasaba sus días entre libros de cálculo y alumnos de universidad.

Cuando Maité me hablaba de él se notaba que sentía un profundo respeto y un gran cariño:

–Se le va la vida en enseñar, deberías verlo cuando da clases, siempre sonriendo y siempre intentando dar su clase de la mejor manera posible; sus alumnos son todo para él.

Cuando acabó el partido que ganaron gracias a un home run que él logro conectar en la novena entrada, poniendo el marcador final seis a siete, a su favor fuimos a su casa a comer y platicar. Aquel día me di cuenta de su gran convicción, creía firmemente en las causas sociales y siempre estaba dispuesto a ayudar. Parecía que nunca se cansaba, y esa alegría tan única la lograba transmitir a todos.

A pesar de que no recuerdo mucho de todas las cosas que hablamos ese día, aún conservo en la memoria algo que nos dijo al final, casi como anticipando lo que le iría a ocurrir, con la esperanza de que transmitiríamos su mensaje:

«Debemos volver a pisar las calles, debemos soñar un mundo mejor; alzando los puños al aire politizaremos el dolor. Construiremos nuevas realidades siendo partícipes y no solo espectadores» [3]

Unos días después de esa visita no volvimos a saber nada de él, simplemente desapareció o lo desaparecieron.

Desde ese día Maité no volvió a ser la misma, dejo de hacer muchas cosas que le gustaban, hablaba poco y se notaba que cargaba un gran peso en su interior. No encontraba la manera de ayudarla y solo me limitaba a estar ahí, con ella. En una ocasión, a casi un mes después de la desaparición, me dijo:

–Creo que así pasa con las pérdidas, son lo que son y no hay manera de volver el tiempo atrás; él ya no está, pero sigue presente mientras no lo olvidemos. A eso se reduce: a no olvidarlo e ir viviendo un día después de otro.

Así, bailando toda la noche, dejamos las tristezas y preocupaciones en el salón y de alguna manera supimos que nada volvería a ser igual; no podíamos seguir siendo indiferentes a lo que nos rodeaba.

Comprendimos que la solución no se encontraba en el acto individual de no usar popotes, que tampoco está mal hacerlo, pero no era suficiente; el cambio debería venir a partir de una trasformación total de la realidad. Eso implicaría cambiarlo todo y, así como en el baile, en la vida misma había que poner el cuerpo, sin excusas y sin dejarse vencer.

Ilustración: Bill Mayer

 

Referencias bibliográficas:

[1] Fotografía tomada por Justin Hofman. (2018, Junio). Plástico. National Geographic. Vol. 46 Num. 6. Pag. 35

[2]   Parker, L. (2018, Junio). Plástico. National Geographic. Vol. 46 Num. 6. 28-65

[3]   Línea perteneciente a la canción “Cambiarlo todo” de la banda española Riot Propaganda.

 

Autor 

Luis A. Hernàndez Canales. Egresado de la Facultad de Química de la UNAM. Creador de contenidos en la Bombilla. Estudiante de Química en la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Diseño

Lina Lucía Romero Salas desde pequeña tuvo inquietud por estudiar artes y al terminar esa licenciatura decidió realizar una segunda licenciatura en biología ya que siempre le llamo la atención la naturaleza. He realizado ilustraciones para distintos laboratorios y actualmente da un taller de artes plásticas a niños de primaria

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De cómo el Tyrannosaurus rex perdió su tercer dedo

Una historia sobre cómo obtenemos nuestro conocimiento sobre la vida del pasado

En la película Fantasía, de Disney, hay un segmento en el que se cuenta la historia de la vida a través de las eras geológicas al son de La consagración de la Primavera, de Igor Stravinsky. La consagración de la Primavera es un ballet que se estrenó el 29 de mayo de 1913, y una de las opiniones más acertadas sobre la obra pudo haber sido la de Léon Vallas, un musicólogo francés que asistió a la première en París, quien dijo que la composición estaba adelantada 30 años a su época. Por coincidencia La consagración de la Primavera sería llevada al cine por Walt Disney en 1940.

El segmento de Fantasía musicalizado con La consagración de la Primavera fue asesorado por varios expertos, de ahí que tenga una gran precisión científica acorde a lo que se sabía en aquella época. La asesoría provino de Roy Chapman Andrews, director del Museo Americano de Historia Natural, del biólogo inglés Julian Huxley, del paleontólogo Barnum Brown y del astrónomo Edwin Hubble. Inicialmente se había planeado que la secuencia recorriera todas las eras geológicas, terminando con la manipulación del fuego por parte de los humanos, pero el estudio decidió terminar la secuencia con la extinción de los dinosaurios para evitar problemas con los creacionistas. El segmento es, al final, un resumen de la paleontología de la primera mitad del siglo XX, dejando la secuencia temporal de las especies fósiles con bastante licencia creativa.

La película encierra muchas de las ideas que se postularon durante la primera mitad del siglo XX y que serían desterradas de la literatura científica en los años siguientes; sin embargo, su destierro de la academia no significó un destierro del imaginario popular sino hasta la llegada de Jurassic Park, a finales del siglo pasado, cuando Michael Crichton, en la novela, y Steven Spielberg, en la adaptación al cine, recurrieron a la opinión de paleontólogos para modernizar la representación de los dinosaurios.
Un curso de historia de la paleobiología de dinosaurios podría darse mostrando el antes y el después con estas dos películas. De Fantasía resaltan dos ideas ahora obsoletas: que los saurópodos, o dinosaurios de cuello largo, pasaban parte de su vida en un medio acuático para soportar sus pesos, y los tres dedos del Tyrannosaurus rex que ataca a un Stegosaurus.

La presencia de tres dedos en el Tyrannosaurus, en vez de dos, llama mucho la atención porque el asesor paleontológico, Barnum Brown, fue quien descubrió los primeros restos de Tyrannosaurus rex ¿Por qué un asesor científico contratado para dar precisión a una película accedería a dejar tres dedos al dinosaurio que descubrió y que creía tenía dos?

La respuesta sencilla es que Walt Disney prefirió la reconstrucción con tres dedos en lugar de la versión con dos. El T. rex, ya se había establecido en Hollywood como un ícono de la prehistoria, tenía que aparecer en Fantasía, de eso no cabía duda, pero en aquel entonces había dos reconstrucciones de este dinosaurio: una con tres y otra con dos dedos, había que decidir. La reconstrucción con dos dedos era la que los paleontólogos aceptaban como la nueva norma, pero a Disney le pareció que la reconstrucción con tres dedos era más atemorizante.

Al comienzo, los paleontólogos sí creyeron que el Tyrannosaurus tenía una mano tridáctila. En 1900, Brown encontró el primer esqueleto parcial de T. rex en el este de Wyoming, y dos años después encontraría un esqueleto más completo en la Formación Hell Creek de Montana. En 1905, el paleontólogo estadounidense Henry Fairfield Osborn nombró la familia Tyrannosauridae, donde describió tres especies: Albertosaurus sarcophagus (“Reptil de Alberta come carne”), Tyrannosaurus rex (“Reptil tirano rey”) y Dynamosaurus imperiosus (“Reptil fuerte imperial”). Pero ninguno de estos especímenes descritos tenía evidencias de los brazos. Así que, durante esta década de hallazgos, los paleontólogos tuvieron que recurrir a una herramienta para interpretar la posible forma de los brazos: la anatomía comparada.

 

La anatomía comparada es una herramienta lógica que nos permite crear nuevos marcos teóricos e hipótesis de trabajo; una vez que tenemos estas hipótesis como punto de inicio podemos empezar a buscar evidencias de otras fuentes y poder así llegar a una conclusión utilizando el método inductivo-deductivo.

Se estima que la anatomía comparada comenzó a ser utilizada desde el siglo V a. C., con Alcmeón de Crotona. Esta ciencia consiste en establecer qué elementos del cuerpo de un organismo son similares en otro organismo. Los primeros estudios de este tipo compararon a los vertebrados entre ellos y llegaron a un hallazgo que extendió la aplicabilidad de esta ciencia.

Descubrieron que todos los vertebrados la organización de su esqueleto tenían un patrón similar: un cráneo, una columna vertebral con costillas, extremidades superiores con hombros y extremidades inferiores con caderas. Las extremidades de los vertebrados también se organizaban de manera semejante, por ejemplo: había un hueso, el húmero, articulado a otros dos huesos, radio y ulna -o cúbito, en seres humanos-, que a su vez se articulaban con un conjunto de huesos más pequeños, los carpos y metacarpos, a los que se articulaban los dígitos, las falanges.

Así es como las ideas de la evolución comenzaron a ganar fuerza, pues de qué otra forma se podían explicar estos patrones sino era suponiendo que todos los vertebrados tenían un ancestro común. La paleontología se convertiría en la principal fuente de información de esta nueva hipótesis: en el registro fósil se podían encontrar características intermedias entre otros organismos.

En el Museo Americano de Historia Natural se habían realizado comparaciones de los especímenes de tiranosáuridos con un dinosaurio carnívoro similar, el Allosaurus fragilis. La evidencia fósil de Allosaurus indicaba que los brazos de este dinosaurio eran relativamente cortos y poseían tres dedos; con la suposición de que el Tyrannosaurus, un animal del Cretácico, provenía del mismo grupo que el Allosaurus, un dinosaurio del Jurásico, las primeras reconstrucciones de tiranosáuridos los representaron con tres dedos. Sin embargo, la comparación se hizo con mucho escepticismo, ya que a estos dinosaurios los separaban más de 70 millones de años, un tiempo mayor que el que nos separa a los humanos de los dinosaurios.

En el año 1914, el paleontólogo canadiense Lawrence Lambe describió un dinosaurio similar a los tiranosáuridos de Brown y Osborn, al que llamó Gorgosaurus libratus y que, interesantemente, tenía un brazo preservado con solamente dos dedos, una característica nueva dentro del grupo de los dinosaurios. En 1916, Osborn escribió que era probable que los tiranosáuridos descritos hasta ese momento tuvieran todos brazos con dos dedos.

Una suposición a la que llegó utilizando la anatomía comparada: si Albertosaurus, Tyrannosaurus y Gorgosaurus tienen características anatómicas semejantes, es plausible asumir que también los brazos eran semejantes. Esta condición y otras características anatómicas llevarían a sugerir que los tiranosáuridos estaban emparentados con otros dinosaurios carnívoros de tamaño más pequeño, los celurosaurios, y no necesariamente con Allosaurus o Megalosaurus. Aunado a esto, todos estos dinosaurios habían vivido alrededor del mismo tiempo hace entre 71 y 66 millones de años. Así, la idea de los tres dedos perdió fuerza.

Con el tiempo, nuevos tiranosáuridos fueron descubiertos en Canadá y Mongolia con esqueletos más completos, incluidos los brazos con dos dedos. Esto daba cada vez más respaldo a la idea de que Tyrannosaurus rex debería tener dos dedos en vez de tres, y las nuevas reconstrucciones de este dinosaurio terminaron perdiendo un dedo.
Para 1939, cuando la película Fantasía ya estaba siendo preparada, los paleontólogos estaban convencidos de que Tyrannosaurus rex debía haber tenido dos dedos. Sin embargo, esta idea no dejaba de ser una hipótesis: Tyrannosaurus era el único tiranosáurido del que no se conocían los brazos. Para tirar la hipótesis, alguien en algún lado tenía que encontrar un esqueleto Tyrannosaurus con tres dedos en la mano.

Para el tiempo de Fantasia, la idea de un T. rex con tres dedos era poco probable, pero no menos posible que la de uno con dos, así que cuando Disney decidió ponerle tres dedos, no había un espécimen para demostrarle que estaba en un error.

¿Por qué recurrimos los paleontólogos a la anatomía comparada, entonces? Pues porque la historia del Tyrannosaurus rex se suma a la larga lista de veces que este método nos ha demostrado su capacidad predictiva. En el año 1989 se encontró el primer esqueleto completo de Tyrannosaurus rex, el espécimen MOR 555. Y tal como lo predijeron Brown, Osborn, Lambe, y otros científicos, su brazo tenía dos dígitos.

Charles Knight, un artista estadounidense, fue uno de los pioneros en lo que hoy conocemos como paleo-arte, que es la reconstrucción de los ecosistemas del pasado utilizando como fuente de inspiración el consenso científico del momento. Los trabajos de Knight se hicieron bastante populares, y es posible encontrar muchos de sus murales decorando varios museos de historia natural de Estados Unidos, como el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York, donde trabajó inicialmente, el Museo Field, en Chicago, o el Museo Peabody de Yale, en New Haven. Muchas de las escenas con T. rex lo representan con tres dedos y con un comportamiento agresivo, atacando a un Triceratops, por ejemplo.

El camino a la fama de T. rex puede rastrearse hacia finales de 1905, cuando el New York Times reportó su descubrimiento utilizando expresiones como “el más formidable animal de batalla del que se tenga algún registro”, “el rey de todos los reyes de la vida animal”, “el adalid absoluto de la Tierra” y “el comedor de hombres real de la jungla”. Este pequeño ímpetu pudo haber comenzado una tendencia que llegaría al cine con las películas de ciencia ficción y las obras de Knight sirvieron de inspiración para muchos cineastas, y en varias escenas aparece el Tyrannosaurus rex con tres dedos.

La adaptación al cine de la obra de Arthur Conan Doyle, El Mundo Perdido, realizada en 1925, utilizó el trabajo de Knight como base para la reconstrucción de los animales prehistóricos: nuevamente aparece el Tyrannosaurus rex con tres dedos. La película de King Kong de 1933 utilizó una de las representaciones de Knight para crear su modelo de T. rex para la escena en que peleaba contra King Kong. Como mencioné antes: para el tiempo de hacer Fantasía, no había de otra más que incluir al T. rex, y su aparición a lado de la obra maestra de Stravinski consolidó a este dinosaurio como el ícono que es hoy.

Omar Rafael Regalado Fernández
Estudiante de doctorado en Ciencias de la Tierra, Departamento de Ciencias de la Tierra
University College London (UCL)

 

Crédito: http://es.prehistorico.wikia.com/wiki/Archivo:Tyrannosaurus_esqueleto.jpg
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¿Las cebras son negras con rayas blancas o blancas con rayas negras?

La primera gente de África, los San, cuentan una leyenda:

Hace mucho tiempo, el mundo era muy caliente y el agua escasa; la poca que había se encontraba en pozas y estanques dispersos por toda la Tierra.
Un día, una cebra joven, sedienta, encontró una de estas pozas. Pero, un babuino, que había puesto su hogar y hecho una fogata a la orilla de la poza, no quería compartir el agua con nadie más. El babuino se negaba ante los ruegos de la joven cebra.

Ésta, enojada, pidió una vez más agua al babuino y, al ser rechazada de nuevo, le reclamó: “El agua es para todos, no sólo para ti, cara de mono”.

El babuino, enojado, le respondió: “Si quieres agua, tendrás que quitarme de aquí”. La cebra era valiente y decidió pelear contra el babuino. Al empezar el duelo, el babuino se aventó mostrando los dientes, le jalaba el pelo y mordía a la cebra, quien sólo luchaba para quitarse al mono de encima.
Con un último esfuerzo, la cebra logró tirar al babuino y aprovechó para darle una patada.
¡Pum!
El babuino se estrelló contra unas rocas que estaban lejos.

La cebra, en su alegría, cansancio y sed, ya saboreaba el agua, pero estaba rendida y en un descuido pisó la fogata del babuino. Se chamuscó el pelo y bandas negras de ceniza tiñeron su pelaje hasta entonces blanco como el marfil.

Del susto huyó a las planicies, ahí donde viven todas las cebras ahora.

En cuanto al babuino, permaneció enojado e irritado, sin embargo no se atrevió a dejar las rocas.
Y esa es la historia de cómo las cebras obtuvieron sus rayas negras.”

Fotografía de Carlos Rubio

Es cierto que hoy en día, la ciencia descarta como hecho que todas las cebras desciendan de aquella joven cebra que luchó con un babuino, tampoco se tiene un consenso sobre la razón por la que las cebras tienen rayas, mientras que todos sus demás parientes, caballos y burros, son de tonos más bien pardos y uniformes. También se sabe que las cebras no fueron completamente blancas primero, sino que embrionariamente presentan primero pelo negro y las rayas blancas aparecen más adelante en su gestación; asombrosamente cada patrón de rayas es único y exclusivo para cada cebra, como nuestras huellas dactilares, no hay dos cebras iguales.

¿Qué función tienen las rayas de las cebras? para responder la pregunta, tal vez deban conjuntarse varias respuestas en lugar de una sola:

La primera y la más conocida es el camuflaje que crean dichas franjas: al juntarse las cebras en manadas provoca un mareo visual a los cazadores que intenten enfocarse en una sola cebra para perseguirla.

Pero también en años recientes, 2014 y 2015, se ha encontrado que el patrón de las cebras tiene propiedades ópticas insospechadas, como son reflejar la luz en bandas y crear micro corrientes de aire alrededor de su piel. Se han descubierto correlaciones entre la densidad y el contraste que crean estas franjas, cuyo efecto es el de crear un camuflaje óptico contra moscas que transmiten enfermedades; pues los insectos ven la luz polarizada, además de intensidades del espectro ultravioleta, y les resulta molesto centrarse en picar a las cebras, cuyo pelaje, además, es menos denso que otros animales de las sabanas africanas.

Otra de las virtudes de dicho patrón a rayas que hace tan peculiar y carismática la estampa de la cebra es la sucesión de absorción y reflejo de la luz sobre su cuerpo, ésta crea una corriente pequeña que puede disminuir un par de grados la temperatura a la que se encuentran las cebras, lo que, de nuevo, les resulta en beneficio al momento de sobrevivir el terrible calor de la sabana. En resumen, se puede decir que las rayas evolucionaron en las cebras para permitirles adaptarse mejor a su entorno.

Las cebras, al igual que la joven cebra de la leyenda, vagan buscando agua, pues el clima en las sabanas no permite el establecimiento de pozas y pastos permanentes, y las cebras son reacias sobrevientes.
No sólo en el sentido de que soporten estas condiciones tan duras, sino que, al igual que todos sus parientes perisodáctilos, pertenecen a grupos de mamíferos muy antiguos y diversos en otras épocas, como el Eoceno (hace más de 34 millones de años) su época de mayor diversidad.

Hoy en día apenas se ve reflejada esta diversidad en 17 especies que incluyen 5 especies de rinocerontes, 5 de tapires y 7 de équidos o hipomorfos (con forma de caballo) que a su vez se componen de 3 especies de cebras , 1 de caballo, y 3 de asnos, claro, la diversidad total es mayor pues existen diversas subespecies de equidos y de rinocerontes.

Fotografía de Carlos Rubio

La compentencia de las cebras por el pasto y el agua es contra los artiodáctilos, un grupo mucho más diverso que incluye a los ciervos, antílopes, jirafas, bovinos, camellos, jabalíes, hipopotámos y afines, cuya diversidad supera las 230 especies descritas a la fecha.

En lo que respecta a las cebras, actualmente la Integrated Taxonomic Information System (ITIS) y la International Union for Conservation of Nature (IUCN) reconocen tres especies:

La primera de ellas es la Equus zebra, o cebra de montaña, que incluye dos subespecies, se les considera cebras poco abundantes y pertenecientes a la región sudafricana, sus poblaciones fueron diezmadas debido a que compiten por el espacio con los agricultores locales y durante las guerrillas en el área fueron cazadas para consumir su carne. Son animales muy inteligentes pues son capaces de cavar en los lechos de los ríos secos hasta hallar remanentes de agua; viven en grupos pequeños de no más de 10 individuos, por lo general un macho, varias hembras y algunas crías. Prefieren los hábitats rocosos y solitarios. A diferencia de la joven cebra de la leyenda, estas cebras hubieran cavado su propio pozo.
Otro distintivo es un pliegue labial en la mandibula inferior y que sus rayas no son tan densas ni llegan tan abajo en el vientre, como en el caso de otras cebras.

La segunda especie es Equus grevyi, o cebra de Grévy, que es la cebra más amenazada, pues está en peligro de extinción, y también la cebra más grande de todas: pesan casi media tonelada, mientras que las demás cebras rondan los 350 Kg, destaca además por su patrón de franjas angostas, juntas y marcadas en comparación con las demás especies. Es una cebra norteña, pues habita hacia el noreste del continente africano.

El agua siempre es un problema para estos animales, mientras que las cebras de Burchell migran buscando pozas y las de montaña aprendieron a excavar para encontrar agua, las cebras de Grévy son más resistentes a la sequía, pues pueden soportar hasta 5 días sin beber agua, ocasionalmente también se ha visto que son capaces de cavar sus pozos, pero es una conducta más típica de las cebras de montaña.

Otro atributo que tienen es que son más tolerantes a la vida social pues sus números son altos, desde luego no sabemos qué tan numerosas pueden ser las manadas porque hoy en día quedan menos de 4000 cebras de Grévy en todo el mundo, incluyendo los zoológicos, y ya han desaparecido de, al menos, tres países donde, a principios del siglo XX, se reportaba que aún eran abundantes.

La tercera especie es Equus quagga, conocida como la cebra común, cebra de la sabana, cebra de Burchell (anteriormente su nombre cientifíco era Equus burchellii), es la cebra más abundante de todas, la más distruibuida y la más conocida. Seguramente la cebra de la leyenda correspondería a ésta especie, pues son conocidas por su perseverancia y sus hábitos migratorios.

Ya se han dicho varias características de ésta, podemos decir que es la cebra por excelencia o la cebra referente, en el África se le llama “quagga”, aunque ésta palabra se usa últimamente para referir más a la subespecie extinta de cebra Equus quagga quagga que fue cazada hasta la extinción por los colonos europeos, y se le considera extinta desde 1883.
Las demás subespecies son la cebra de Grant (Equus quagga boehmi), la cebra de Chapman (Equus quagga chapmani), la cebra de Crawshay (Equus quagga crawshayi), la cebra de Selous (Equus quagga borensis), y la cebra de Burchell (Equus quagga burchellii).
De todas ellas, la más abundante es la cebra de Burchell y la única que internacionalmente es reconocida legalmente para su aprovechamiento por el humano. No es raro que se le cace y se le críe, incluso fuera del continente africano y en sitios como ranchos. En México, existen estos ranchos en estados como Chihuaha, Coahuila, Durango, Nuevo León, Quéretaro, Sonora, Tamaulipas y Veracruz. La cebra de Burchell es un animal carismático y muy apreciable para todos los zoológicos y parques de fauna silvestre exótica.

Aunque ésta es la de menor preocupación en cuanto a que no está en peligro de extinción, es importante recordar que una especie silvestre no necesita estar amenazada para estar protegida ni por ello pierde importancia, pues sus números actuales no son los de hace 100 años, y sus principales amenazas siguen siendo la agricultura y el desplazamiento causado por las necesidades humanas y la urbanización, además de la cacería sin control.

Las cebras son animales impresionantes, de los que aún nos quedan muchos misterios por resolver y que podemos admirar ya sea en su hábitat natural o en parques. Las cebras son muy antiguas y fueron importantes para el folclore africano desde los primeros habitantes de África, la cuna de la humanidad, no es baladí pensar que nos pueden seguir inspirando, como especie humana, a conservar y admirar el medio ambiente.

Autor:

Carlos Rubio AKA “Chars”. Lector y vagabundo por placer, gusta del té verde, hacer fotografías, coleccionar discos, visitar museos y trabajar en restauración de áreas verdes, ama la vida silvestre. Trabaja como técnico de campo encargado de flora, en el CICN Yumka, también imparte pláticas de cultura ambiental y biodiversidad.

 

Referencias:

Sobre la leyenda San de la Cebra y cómo obtuvo sus rayas, consultado en: http://www.gateway-africa.com/namibia/african-stories-myths/

Caro, T. et al. The function of zebra stripes. Nat. Commun. 5:3535 doi: 10.1038/ncomms4535 (2014)

Larison, Brenda; Harrigan, Ryan J.; Thomassen, Henri A.; Rubenstein, Daniel I.; Chan-Golston, Alec M.; Li, Elizabeth; Smith, Thomas B. (2015). “How the zebra got its stripes: a problem with too many solutions”. R. Soc. opensci. 2: 140452.

Groves, Colin, and Peter Grubb. 2011. Ungulate Taxonomy

Vaughan, Terry A.; Ryan, James M.; Czaplewski, Nicholas J. (2015). . Mammalogy (6 ed.). Jones and Bartlett

Álvarez -Romero, J. y R. A. Medellín. 2005.

Equus burchellii. “Vertebrados superiores exóticos en México: diversidad, distribución y efectos potenciale”. Instituto de Ecología, Universidad Nacional Autónoma de México. Bases de datos SNIB-CONABIO. Proyecto U020, consultado en: http://www.conabio.gob.mx/conocimiento/exoticas/fichaexoticas/Equusburchellii00.pdf

 

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Cómo impresionar a sus suegros muggles hablando de animales no fantásticos sin morir en el intento

Cómo impresionar a sus suegros muggles hablando de animales no fantásticos sin morir en el intento

Para el señor Scamander:
Muchas gracias por leerme, escribo porque tengo una inquietud y espero pueda ayudarme. Voy a conocer a los padres de mi prometida y me gustaría causar una buena impresión.
Ninguno de ellos es mago o bruja, en realidad son biólogos pues estudian a los animales del mundo muggle y los clasifican. A mí me fascinan las criaturas fantásticas, aunque no podría hablarles de ellas porque desconocen que soy mago. Sin embargo, pensé que no me sería tan difícil hablar con ellos sobre animales en general. Me gustaría conocer un poco más de los animales muggles así que me preguntaba: ¿podría usted darme algunos datos importantes de los animales del mundo muggle?, ¿por qué los muggles clasifican animales?, ¿existe un libro básico con el inventario de animales del mundo no mágico? Si lo hay, ¿quién lo escribió?, ¿se parecen en algo las criaturas mágicas a las no mágicas? Espero pueda ayudarme.
Anónimo.

Estimado lector:
Comprendo su preocupación y contestar su pregunta en pocas líneas será todo un reto, pero lo intentaré. Lo primero que debe usted saber es que no hay un libro capaz de contener a todos los animales del mundo muggle. Son tantas sus formas, tamaños y variedades, que no son pocos los problemas que tienen, y han tenido, los biólogos muggles para clasificarlos.
Las clasificaciones forman sistemas de palabras y símbolos que representan conceptos y, en el campo de la biología, buscan dar información sobre la diversidad, las relaciones y la organización de la vida. El nombre que reciben las personas que clasifican, agrupan, identifican y buscan conocer las relaciones de consaguineidad entre los seres vivos, es taxónomos.
Los taxónomos han librado enormes batallas por encontrar una manera “universal” de clasificar a los seres vivos. Uno de los personajes del mundo muggle que ayudó a desarrollar un sistema de clasificación útil para los seres vivos, en especial plantas y animales, fue el sueco Carlos Linneo quien era un verdadero genio, explorador y aventurero. Él era un zoólogo y botánico, una persona que se dedicaba al estudio de la naturaleza, o como los muggles les llaman,“naturalista”.
Debió ser una persona muy ordenada y metódica, ya que fue capaz dar nombre a una gran cantidad de animales y plantas utilizando un sistema jerárquico que incluía varios niveles de clasificación. Esto es sin lugar a dudas admirable, sobre todo si tomamos en cuenta que no contó con la ayuda de ningún tipo de magia.
Como resultado de este sistema desarrolló un “sistema de nombres” que suelen ir en pares, por lo que se le denominó “nomenclatura binomial”, que está formada por el género y la especie (y en algunos casos subespecie). En conjunto estos nombres suelen conocerse como “nombre científico” y podríamos verlo como el nombre y apellidos que en el mundo mágico forman el nombre completo de brujas y magos. Los nombres pueden brindarnos información sobre alguien y dar indicios sobre quiénes podrían ser sus parientes más cercanos. Información similar nos brinda un nombre científico.
Un par de nombres científicos famosos en el mundo muggle son:
Felis silvestris catus mejor conocido como gato común y el Canis lupus familiaris o perro doméstico.

Sra. Norris, ejemplo de un Felis silvestris catus

Fang, el perro de Hagrid es un representante del Canis lupus familiaris, perro doméstico.
No es casualidad que haya escogido estos dos ejemplos. La razón es simple: estos animales pueden ser observados por magos y muggles por igual, es común que se tengan como mascotas y una gran cantidad de magos han aprendido a transformarse en algunos de estos animales.
Los nombres científicos de ambos animales están formados por tres “nombres”: el primero es llamado género el segundo es especie y el tercero es subespecie.
Es importante que usted sepa, si es que quiere causar una buena impresión en sus suegros, escribir correctamente un nombre científico. No debe olvidar que los nombres científicos se latinizan, además se escriben con cursiva, aunque también se puede sólo subrayar el nombre o la letra del primer nombre; el género, que es el primer nombre, se escribe con mayúsculas, los siguientes (especie y subespecie) se escriben con minúsculas.
El género es el primer nombre y es un grupo más general que puede agrupar varios organismos con características en común conocidas como especies. En los ejemplos anteriores el género Felis y Canis agrupan a todos los organismos bastante parecidos a los gatos y perros comunes.
Los taxónomos muggles suelen tener feroces discusiones cuando intentan definir qué es una especie, podríamos decir de manera muy general que se les llama especies a aquellos organismos capaces de tener descendencia fértil entre ellos y por lo tanto son genéticamente similares entre sí. Por ejemplo, dentro del género Canis encontramos a los coyotes (Canis latrans) o a los lobos (Canis lupus). Animales que a simple vista son muy semejantes aunque también existan marcadas diferencias entre ellos.

Remus Lupin, era un hombre lobo, por lo que podía transformarse en un representante de los Canis lupus
A su vez, dentro de las especies puede haber otros grupos llamados subespecies, las cuales viven en una misma área y difieren en una o más características de otras poblaciones. En el caso del Canis lupus familiaris o perro doméstico, se trata de una subespecie de los lobos.
A pesar de que Linneo vivió en el siglo XVIII, su sistema fue básico para el desarrollo de los sistemas de clasificación actuales, aunque el desarrollo de la tecnología y ciencia muggle han incorporado mejoras que permiten ser más precisos cuando se busca identificar, clasificar y buscar los lazos parentales de un organismo.
Se me acaba el espacio, pero por último me gustaría comentarle que aunque una criatura mágica pueda ser clasificada por el Ministerio de Magia como altamente peligrosa para las personas, nuestra tarea es cuidar y preservar a estos animales fantásticos.
La pérdida de un organismo puede provocar desequilibrios en un ecosistema, lo que tarde o temprano terminará afectándonos a nosotros. Es por esto que si tenemos la capacidad de ser tremendamente crueles con ellos, también podemos tener la capacidad de convivir con ellos y ayudar a su conservación.
Sin duda es maravilloso disfrutarlos y sería una pena que las generaciones futuras no lograran tener ese mismo privilegio que nosotros hemos tenido. Parte de nuestro interés en conservar las especies pueden ser los beneficios que obtenemos de ella, por ejemplo, las propiedades mágicas que pueden tener la piel, cuernos y sangre de dragón y unicorno.
Sin embargo, esto no justifica que puedan ser dañados por traficantes de especies o cazadores furtivos, por lo que las autoridades de la comunidad mágica y muggle han generado esfuerzos para que los animales de ambos mundos puedan tener espacios destinados a ellos, buscando evitar al máximo que puedan ser molestados o dañados de manera intencional.
A usted, lector anónimo, le recomendaría que como tema de conversación se centrara en esta idea. Hablar de lo maravillosos que son los animales, y todos los seres vivos le ayudará a causar una buena impresión. Verá que le será más fácil y fluido hablar de esto. Además, usted no estará mintiendo, porque si a usted le fascinan las criaturas mágicas, debe compartir el amor que yo siento por las mismas. Si los padres de su prometida le facilitan la oportunidad de conocer o convivir con los animales que conocen, estoy seguro que también amará a todas esas criaturas que el mundo muggle tiene, y aunque no sean mágicas, sin duda también son fantásticas.
Espero haber sido de ayuda.
Saludos,
Newt Scamander.

Más información:
Llorente, J. 2003. La búsqueda del método natural. Fondo de Cultura Económica. México.

Morrone, J., Escalante, T. 2009. Diccionario de biogeografía. Las prensas de ciencias. México.

“El trabajo de los taxónomos” consultado en: http://www.acercaciencia.com/2013/02/01/el-trabajo-de-los-taxonomos/

Biólogo - José Ramón Sánchez Castañeda

Estudió Biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Actualmente hace su tesis sobre los bebederos de agua en Ciudad Universitaria. Se interesa por temas relacionados con el cuidado del medio ambiente. Le gusta el teatro, los cómics, el cine, el radio y los deportes. “Odio escribir, me encanta haber escrito”.

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