Los robots, un sueño de la humanidad materializado en múltiples maravillas electromecánicas. Entre la gran cantidad de nuevas tecnologías que vemos en el día a día, los robots son, sin lugar a duda, de los más impresionantes.
Recordemos robots famosos como R2-D2 y C3PO de la saga Star Wars, el T–101 de Terminator, Wall–E o incluso, Bender de Futurama. Todos ellos nos sorprenden con sus increíbles habilidades y proezas que difícilmente una persona como nosotros podría igualar.
La idea de los robots no es nueva, el deseo de tener a alguien que haga las tareas por nosotros, que no se canse, ni exija un pago por su trabajo, ha existido desde hace mucho tiempo. Por eso, no es raro encontrar varios precursores de los robots modernos a lo largo de la historia. Estos primeros seres de forma humanoide creados para obedecer órdenes, aún lejos de poseer circuitos y ser guiados por algún software, pertenecen al mundo de los mitos y la alquimia. Por ejemplo, al remontarnos al siglo XVI, en la Europa Medieval llegamos al mito judaico del Golem, según el cual, este ser fue creado por alquimistas a partir de barro y cobraba vida cuando se escribía la palabra emet (que en hebreo significa “verdad”) en su frente. A las órdenes que se le daba, el Golem obedecía pronto y sin preguntar, lo cual, es una característica que comparte con los robots actuales.
Este monstruoso antecesor, aunque sirve de ejemplo a la añeja idea de un sirviente surgido de la materia inanimada, aún están muy lejos de parecerse a lo que es un robot hoy en día.
Como dato curioso, el famoso Leonardo da Vinci también tuvo una importante aportación a la historia de los robots al diseñar un humanoide mecánico cubierto con una armadura para ser usado durante las guerras, y de este modo, no arriesgar vidas humanas.
No es sino hasta 1917 cuando nacería el término “robot” con la obra de teatro Robots Universales Rossum del escritor checo Karel Čapek, en la cual, visualizó extraordinarios seres de forma humanoide realizando las tareas pesadas de una fábrica en lugar de los hombres. El autor utilizó la palabra robota, que en checo significa ‘trabajo’ para llamar a estos humanoides, pero al traducir la palabra al inglés se cambió por robot. En la obra los robots se rebelan contra la humanidad, así que desde aquellos tiempos ya se temía que seres como estos se salieran de nuestro control.
Como sabemos, los robots obedecen ciertas reglas, pero… ¿qué pasaría si estas se llegaran a contradecir entre sí?, este mismo problema se planteó el escritor ruso Isaac Asimov quien, además de crear el término “robótica”, también es el autor de sus famosas tres leyes:
1.- Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
2.- Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes están en oposición con la Primera Ley.
3.- Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no esté en conflicto con la primera o segunda leyes2.
Las novelas de Isaac Asimov escritas entre 1942 y 1992, nos muestran una visión de la época de lo que se esperaba que en un futuro pudieran hacer los robots, ideas que llegarían a inspirar la realización de películas como Yo Robot de 2004 dirigida por Alex Proyas, basada en el libro homónimo publicado por Asimov en 1950.
Hoy en día los robots se clasifican de formas muy diversas y se consideran tres tipos principales: los autómatas fijos, creados para hacer un solo trabajo una y otra vez, como los que les ponen las tapas a las botellas de agua; los autómatas programables que tienen la capacidad de adaptarse a ligeras modificaciones en su entorno, como esos graciosos y pequeños robots que esquivan obstáculos, como si fueran ratoncillos curiosos; y por último los autómatas flexibles, los cuales son capaces realizar tareas en diferentes entornos, esto quiere decir, que pueden ser utilizados tanto en una empresa de electrodomésticos como de automóviles.
Más allá de las fantásticas historias de las novelas, los robots son uno de los muchos reflejos de la tecnología que, a lo largo del tiempo, nos han proporcionado grandes beneficios en los más diversos ámbitos. En la medicina, por ejemplo, tenemos al robot Da Vinci que con sus cuatro brazos ayuda a los cirujanos a realizar operaciones haciéndolas más sencillas. En la industria, los robots realizan trabajos pesados en cuestión de segundos y de manera precisa. Pero si del hogar se trata, tenemos la ayuda de máquinas como la aspiradora Roomba, de la compañía iRobot que, cual “Robotina”, se asegura de dejar todos los rincones limpios gracias a sus sensores ópticos.
Los robots están cada vez más cerca de nosotros, ya sea dándonos la bienvenida al entrar a un museo o al lavar la ropa. Y es esta la verdadera invasión de los robots, la cual está muy lejos del mundo de las películas como Yo robot o Terminator. Y a decir de la tecnología de los robots actuales, aún estamos a centenares de años de tener robots como los de nuestros sueños más fantásticos.
Héctor Alonso Cote Chavarría
Estudia el séptimo semestre de Física en Facultad de Ciencias, UNAM. Ha participado en el 3er Festival Matemático, en la XX Semana Nacional de Ciencia y Tecnología, la 8a Jornada Estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación y en el XX Congreso Nacional de Divulgación de la Ciencia y la Técnica, así como, en actividades universitarias de divulgación relacionadas con el cine y es presidente del Cineclub Ciencias.
Referencias
- Parra Reynada, Leopoldo. “Los robots”. Servidores tecnológicos con inteligencia electrónica. Revista Radio-gráfica 216, pp. 13 – 29, 1992.
- Asimov, Isaac (2009). Yo Robot, Runaround Editorial Debolsillo, Estados Unidos, 1950
- Zabala, Gonzalo (2013) Robots o el sueño eterno de las máquinas inteligentes, Editorial Siglo veintiuno editores, Argentina, 2010