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Cómo ser cinéfilo, científico, detective y viajero astral a la vez

Cuando la policía entrevistó a Marta, una joven de 25 años, se dieron cuenta de que ella no recordaba nada de lo ocurrido en los últimos 10 meses, sin embargo, las pruebas eran contundentes: su ADN era compatible con el del recién nacido encontrado en una bolsa hace unas semanas, su cuerpo estaba en pleno estado post-parto y la bolsa donde se encontró al bebé había sido comprada por ella. Pero Marta aseguraba no saber nada de lo sucedido, no recordaba absolutamente nada, ni siquiera estaba consciente de haber estado embarazada. Si ella no mató al bebé, ¿quién habría sido?

La respuesta llegó durante sus sesiones de psicoterapia. Lucía lo había hecho, llegó a salvar a Marta de un embarazo no deseado haciéndose cargo de todo durante el tiempo que éste duro. También fue Lucía quien recibió al recién nacido, consiguió la bolsa del tamaño perfecto para el bebé y se encargó de abandonarlo.

Pero, ¿quién es Lucia?, ¿dónde estaba Marta en esos momentos?, ¿cómo fue posible que una hiciera todo aquello y la otra no se diera cuenta? La respuesta ante estas interrogantes es que Marta y Lucía son dos identidades alojadas en un mismo cuerpo. ¿Ustedes le creerían a Marta y la dejarían en libertad o la condenarían a prisión por la muerte de un recién nacido?

¿El trastorno es real o no?

Este es un caso de lo que se conoce como Trastorno de Identidad Disociativa, o lo que hasta los años 90 los médicos llamaban Trastorno de Personalidad Múltiple y consiste en la existencia dos o más identidades que controlan el comportamiento de la persona junto con la incapacidad de recordar información personal importante.

Debido a la fascinación que producen los síntomas de este trastorno es común verlo en novelas y películas como El club de la pelea, Sybill y la película más reciente: Fragmentado. Ésta última es dirigida por Night Shyamalan —el mismo que dirigió la película El sexto Sentido— y nos muestra el caso de 23 personalidades diferentes en el cuerpo de una sola persona, entre los cuales está un pequeño niño, un joven apasionado de la moda y una señora creyente que es bastante estricta.

Este trastorno ha sido muy polémico entre los psiquiatras y psicólogos, pues mientras unos afirman que se trata de un trastorno real (como es el caso de la Dra. Fletcher en Fragmentado), muchos otros aseguran que es sólo un engaño.

A mediados de los años 70 muy pocas personas padecían de este trastorno (menos del 3% de la población). Los casos eran tan pocos que los médicos prácticamente no lo tomaban en cuenta. No hay causas específicas, pero se ha visto que ocurre más en mujeres que en hombres y que está muy relacionado en casos de abuso infantil y abuso sexual.

Para entonces ya se sabía que los psicoanalistas, al trabajar con hipnosis, podían sugestionar tanto a los pacientes que se terminaba creando una personalidad alterna, una entidad mediante la cual las personas podían hablar de cosas que les provocaban vergüenza o un profundo dolor. Sin embargo, todo cambió cuando en 1976 se estrenó una de las películas más emblemáticas sobre el Trastorno Disociativo de Personalidad: Sybill. Largometraje que narra el caso real de una joven que desarrolló trece personalidades diferentes.

Lo que se muestra en Sybill fue cómo se trataban del mismo modo muchos casos de transtornos de personalidad en esa época: los psiquiatras orillaban a la persona a crear una nueva personalidad que integrara a todas las demás personalidades preexistentes, aunque este método no siempre resultaba ya que los mismos psiquiatras terminaban por crear más personalidades de las que había originalmente y no siempre ayudaban a la persona, como en el caso de “La bestia” en Fragmentado.

La película Sybill fue un éxito, tanto que a partir de entonces los casos de Trastorno Disociativo de la Personalidad crecieron de manera alarmante en Estados Unidos. Mucha gente, después de haber visto la película, empezó a mostrar síntomas parecidos a los de Sybill. Aún queda en discusión si los casos existieron desde siempre y gracias a la película se pudieron hacer visibles, o bien, si fue la misma película lo que causó sugestión en la población, muy parecido a como los hipnotistas hacían con sus pacientes.

¿Por qué eres así?

Aunque el Trastorno Disociativo de la Personalidad es el caso más dramático de disociación, existen otras formas de cómo la personalidad se puede ver fragmentada. Por ejemplo, con algunas drogas como los hongos alucinógenos, el LSD, la mezcalina (presente en el peyote) o los inhalantes (como tiner y pegamento). Una de las tantas afectaciones que tienen estas sustancias es lo que se conoce como despersonalización. Si alguna vez has soñado contigo mismo habrás sentido una despersonalización.

Las personas que tienen este síntoma sienten que lo que viven no les está pasando a ellos, se ven a sí mismos pero con la perspectiva de otra persona, como si se vieran en una película. Cuando esto ocurre existe una actividad diferente en el cerebro: el área encargada de procesar la información de nuestro propio cuerpo (corteza parietal) así como la que se encarga de darnos autoconciencia (corteza prefrontal), están alteradas.

La despersonalización también ocurre con las personas que experimentan viajes astrales, es decir, la separación de la conciencia del cuerpo físico. Este fenómeno también se ha encontrado en aquellas personas que han tenido fuertes experiencias religiosas y hay quienes incluso las ligan a posesiones demoniacas. Ahora resulta coherente por qué existen rituales religiosos que utilizan hongos alucinógenos para producir estas experiencias de revelaciones divinas. Si estas experiencias extracorporales están ligadas al funcionamiento del cerebro, ¿será posible que el mismo funcionamiento del cerebro sea capaz de crearnos más de una personalidad? Los profesionales de la salud mental siguen debatiendo hasta la fecha qué tan verídicos son los casos de disociación de la personalidad. Lo cierto es que Night Shaymalán aprovecha este fenómeno para darnos una historia bastante emocionante, como él mismo comenta en una entrevista: “Tomé algo psicológicamente probado, y lo llevé más allá”.

Y si te sigues preguntando por el caso de Marta/Lucía, este fue un caso real. La chica no pudo ser procesada legalmente ya que, como lo comentó el juez: “la persona que comete un delito en el curso de un Trastorno de Identidad Disociativo no puede ser motivada por la norma jurídica, estando exenta de responsabilidad criminal”.

Autor: Juan José F. Valdiviezo

Es estudiante de psicología en la UNAM con amplio interés en temas de neurociencia, ciencia ficción. Apasionado del teatro y consume café desde los 12 años.

Ilustración: Bernardo Ortega

 Artista Visual. Es estudiante en la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM. Se especializa en el uso de técnicas de imagen bidimensional, específicamente en Litografía, Fotografía, Imagen digital, Pintura y Dibujo a gran y medio formato.

Referencias:

Association, A. P. (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5 (5°). Editorial Médica Panamericana.

Beauregard, M., & Paquette, V. (2006). Neural correlates of a mystical experience in Carmelite nuns. Neuroscience Letters, 405(3), 186–190. Consultado en : http://doi.org/10.1016/j.neulet.2006.06.06, 11 de marzo, 2017.

  1. Fombellida Velasco y J. A. Sánchez Moro. (2003). “Personalidad múltiple: un caso raro en la practica forense.” Cuadernos de Medicina Forense, 31, 5–11. Consultado en: http://doi.org/10.4321/S1135-76062003000100002, 11 de marzo 2017.

“Split Behind The Scenes Interview “, M. Night Shyamalan. (n.d.). Consultado en https://www.youtube.com/watch?v=yTCTYPhbmy4 el 11 de Marzo de 2017.

Vera, B. (2006). “¡El asesino era yo! o el trastorno de identidad disociativo en el cine.” Revista Medicina Y Cine, II (4), 125–132. Consultado en: http://campus.usal.es/~revistamedicinacine/Volumen_2_1/n4/esp_4_pdf/transtdisocia.pdf, 11 marzo de 2017.