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Gala matemática o las dos obsesiones de Dalí

“Llamo a mi esposa: Gala, Galuchka, Gradiva (porque ha sido mi Gradiva); Oliva, por el óvalo de su rostro y el color de su piel; Oliveta, diminutivo catalán de oliva o aceituna; y sus delirantes derivados: Oliueta, Oriueta, Buribeta, Buriueteta, Suliueta, Solibubuleta, Oliburibuleta, Ciueta, Liueta. También la llamo Lionette, porque ruge cuando se enoja, como el león de la Metro-Goldwyn-Mayer; Ardilla, Tapir, Pequeño Negus porque se parece a un animado animalito selvático; Abeja, porque descubre y me trae todas las esencias que se convierten en la miel de mi pensamiento en la atareada colmena de mi cerebro. Me trajo el raro libro de magia que debía nutrir mi magia, el documento histórico que probaba irrefutablemente mi tesis cuando estaba en proceso de elaboración, la imagen paranoica que mi subconsciente deseaba, la fotografía de una pintura desconocida destinada a revelar un nuevo enigma estético, el consejo que iba a salvar del romanticismo una de mis imágenes demasiado subjetivas. También llamo a Gala Noisette Poilue-Avellana Vellosa (a causa del finísimo vello que cubre la avellana de sus mejillas); y también «campana de piel» (porque lee para mí en voz alta durante las largas sesiones de mi pintura, produciendo un murmullo como de campana de piel, gracias al cual aprendo todas las cosas que, sin ella, no llegaría a saber nunca).”

Esta confesión me la hizo Salvador Dalí hace muchos años. Lo recuerdo sobre todo por sus dos obsesiones: su esposa, Gala, y la ciencia, elementos constantes en su vida que, en el momento en el que los conoció, no los dejó ir y marcaron su arte. Quiero contarles sobre una pintura que mezcla a la perfección esto: Leda Atómica, una pintura que hizo mientras vivía en Nueva York, en 1949.

Imagen 1. Leda atómica (1947)

Desde su juventud, Dalí tuvo una obsesión con las matemáticas, la física, la mecánica cuántica y toda una serie de descubrimientos científicos, y se dedicó a estudiarlos y comprenderlos. Alguna vez también me dijo: “Aunque no sea científico debo confesar que los acontecimientos científicos son los únicos que guían mi imaginación”. Y sí, la ciencia nunca lo dejó, ni él a la ciencia.

Para empezar con un primer ejemplo, se preguntarán ¿por qué “atómica”? La respuesta es relativamente simple: durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se desarrolló en Estados Unidos la bomba atómica. El descubrimiento de la partición atómica fue, aunque con consecuencias terribles, sumamente importante en el campo de la física nuclear. Esto, en su pintura de Leda, Dalí lo tradujo como una serie de elementos fragmentados y en suspensión. ¿Ya vieron que entre ninguno de los elementos que componen la imagen hay contacto? Todo está flotando y entre esos objetos hay algunos referentes matemáticos como la escuadra y la regla.

Imagen 2. Detalle de los objetos en levitación de la zona inferior

La influencia de la ciencia en este cuadro se puede ver desde varios ángulos, pero ahora nos enfocaremos sólo en las matemáticas, y para entender esto debemos irnos muchos años más atrás. En el siglo XV, en Italia, vivió un fraile que dedicó su vida a las matemáticas. Su nombre era Luca Pacioli y estudió algo que seguramente ya han escuchado: la proporción áurea.

Proporción áurea, divina proporción, número divino, razón áurea, phi o φ, son algunos de los nombres que le han dado los hombres a un número muy particular: 1.618033987… Yendo aún más atrás, esta historia empezó alrededor del 400 a. de C. en Grecia, o al menos hasta ahí se ha podido rastrear. Podemos mencionar a Platón (427-347 a.-C) y Euclides (325-265 a.-C) como dos de los personajes más famosos que conocían esta proporción y la estudiaron, aunque el término de proporción áurea o número dorado, surgió formalmente hasta el Renacimiento.

Se define como el número que resulta de la división en dos de una línea, de forma que si dividimos el segmento más grande entre el más pequeño obtendremos el mismo número que si dividimos la línea completa entre el segmento más largo. Esta proporción se suele redondear a 1.618.

 

   

 

 

                  =1.6180339…

 

Imagen 3. Ecuación general de la proporción

Sus aplicaciones iniciaron en el campo de la geometría: la figura más simple en la que se aplica es el triángulo isósceles, ese que tiene dos lados iguales, de ángulos 36º – 72º – 72º. Como vemos en la imagen 4, se puede segmentar y seguir obteniendo la misma relación de ángulos. Si seguimos segmentando cada triángulo en uno más pequeño y unimos algunos puntos por medio de líneas curvas resultará en la construcción de la famosa espiral logarítmica.

Imagen 4. Formación de la espiral áurea a partir de la división del triángulo

La figura mejor conocida es el rectángulo, cuya formación básica se realiza a partir de la lógica de la secuencia de Fibonacci, matemático italiano del siglo XIII quien definió esta sucesión infinita de números. Por definición, los dos primeros componentes de la secuencia de Fibonacci son el 0 y el 1, y cada número subsecuente es calculado a partir de la suma de los dos números que le preceden.

 

1 + 1 = 2

1 + 2 = 3

2 + 3 = 5

3 + 5 = 8

5 + 8 = 13

8 + 13 = 21

13 + 21 = 34

21 + 34 = 55

34 + 55 = 89

55 + 89 = 144

89 + 144 = 233

La relación entre dicha secuencia y phi es que si dividimos el número mayor de la suma entre el menor, conforme avanzamos en la secuencia, este número resultante se va acercando cada vez más a 1.618, de la siguiente manera:

3 ÷ 2 = 1.5

5 ÷ 3 = 1.66

8 ÷ 5 = 1.6

13 ÷ 8 = 1.625

21 ÷ 13 = 1.6154

34 ÷ 21 = 1.619

55 ÷ 34 = 1.6176

89 ÷ 55 = 1.61818

144 ÷ 89 = 1.617977

233 ÷ 144 = 1.618055

Así, siguiendo los número de la secuencia de Fibonacci, se puede construir un rectángulo cuya relación entre largo y ancho vaya de acuerdo a phi y permita también la construcción de la espiral logarítmica que vimos anteriormente.

Imagen 5. Construcción del triángulo a partir de los valores de Fibonacci

Imagen 6. Creación de la espiral logarítmica

Otra figura muy importante es el pentágono. Al trazar sus diagonales se obtiene el pentagrama pitagórico, el cual en su centro repite el pentagrama externo, invertido. Si observamos bien, este pentagrama está formado por cuatro triángulos isósceles con las mismas características que mencionamos anteriormente. Fue tan importante esta figura desde sus inicios que el símbolo de los pitagóricos era un pentagrama.

Imagen 7. Formación del pentágono; el pentagrama está inserto en líneas punteadas

A este pentágono nos enfocaremos ahora. Entre los documentos que me enseñó alguna vez Salvador Dalí, encontré un boceto de la pintura de Leda:

Imagen 8. Boceto de Leda Atómica

Vean cómo la figura de Gala está inmersa en un gran rigor matemático: ella está dentro del pentágono con el pentagrama trazado al interior, delimitando tanto el espacio que ocupa Gala dentro de la composición, como los elementos que la acompañan. Y aquí es donde se mezclan sus dos grandes amores: Gala era su musa, era perfecta para él y en este cuadro representó y exaltó su perfección y admiración por ella al encuadrarla en la perfección matemática de las figuras de la proporción áurea. ¿No les parece una de las demostraciones de admiración y afecto más bellas?

Y así como Dalí realizó la composición de esta obra (y otras más, como El Sacramento de la Última Cena o Semitaza Gigante Volante con Anexo Inexplicable de Cinco Metros de Longitud), muchos otros artistas han realizado sus obras con relación a la proporción áurea, pues se dice que gracias a ésta logran composiciones más armónicas.

Por siglos se ha creído que las obras de arte más bellas fueron aquellas cuyos creadores usaron la proporción áurea para hacerlas y se ha creído encontrarla en un gran número de pinturas, esculturas, piezas musicales, obras arquitectónicas e, incluso más recientemente, fotografías. Se ha dicho que personajes tan importantes como Da Vinci la usaron en obras maestras como la Mona Lisa o El Hombre de Vitruvio, o que Boticelli la usó para llevar a cabo su tan perfecta obra El Nacimiento de Venus. Sin embargo, hay mucha controversia en torno a aquellas obras.

Imagen 9 La Ultima Cena

Imagen 10 Semitaza Gigante Volante con Anexo Inexplicable de Cinco Metros de Longitud

Finalmente, después de conocer un poco más sobre el número áureo y su relación con la pintura, podemos constatar que la relación entre ciencia y arte es necesaria si hablamos de algunos pintores como Dalí, donde la proporción de las formas reside en las matemáticas.

Autor:

Susana Hoyos es egresada de la Escuela Nacional de Conservación Restauración y Museografía, es tallerista y redactora en La Bombilla IluminArte con Ciencia.

Diseño:

Lina Lucía Romero Salas. Nací en la ciudad de México, desde pequeña tuve inquietud por estudiar artes y fue al terminar esa licenciatura cuando decidí realizar una segunda licenciatura en biología porque siempre me ha llamado la atención la naturaleza. He realizado ilustraciones para distintos laboratorios y actualmente doy un taller de artes plásticas a niños de primaria.

 

Referencias:

Fundación Dalí (s/f), Biografía de Gala. Recuperado de https://www.salvador-dali.org/es/dali/bio-gala/

Dimensión Dalí (Documental) (2004). Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=23KfoH7dI_c

Bejan, A., (2009), The golden ratio predicted: Vision, cognition and locomotion as a single design in nature. International Journal of Design & Nature and Ecodynamics, vol. 4, nº2, Noviembre 2009, pp. 97-104. Recuperado de https://www.researchgate.net/publication/240977429

Blasco, Fernando (2011), Matemáticas en Dalí. Matematicalia – revista digital de divulgación matemática, 7(4) (diciembre). Recuperado de http://ribf.riken.go.jp/~dang/paintings/fblasco.pdf

Devlin, K, (2012), The Golden ratio & Fibonacci numbers: facts versus fiction. Stanford University. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=4oyyXC5IzEE

Enzmann, R., (2015), The (ab)surd golden ratio, Ted Talks, TEDxMiamiUniversity. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=0vVxL60YFJU

Lopez Ferrado, M., (2006), La obsesión de Salvador Dalí por la ciencia. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, v. 13 (suplemento), pp. 125-131, octubre.

Risi, M. (s/f), Sucedió en el Siglo XX: la bomba atómica. BBC Mundo. Recuperado de http://www.bbc.co.uk/spanish/seriesigloxx04b.shtml

Livio, M. (2008). The Golden Ratio: The Story of PHI, the World’s Most Astonishing Number, Reino Unido: Crown/Archetype Editions.

Markowsky, G., (1992), Misconceptions about the Golden Ratio. The College of Mathematics Journal, 23(1), pp. 2-19. Recuperado de http://www.jstor.org/stable/2686193

García Cremades, S., (2016), ¿Por qué el número PHI, Φ, es la proporción divina y de oro?. Más Q Parábolas – Blog RTVE. Recuperado de http://blog.rtve.es/masqueparabolas/2016/10/por-qu%C3%A9-el-n%C3%BAmero-phi-%CF%86-es-la-proporci%C3%B3n-divina-y-de-oro.html

 

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¿Las cebras son negras con rayas blancas o blancas con rayas negras?

La primera gente de África, los San, cuentan una leyenda:

Hace mucho tiempo, el mundo era muy caliente y el agua escasa; la poca que había se encontraba en pozas y estanques dispersos por toda la Tierra.
Un día, una cebra joven, sedienta, encontró una de estas pozas. Pero, un babuino, que había puesto su hogar y hecho una fogata a la orilla de la poza, no quería compartir el agua con nadie más. El babuino se negaba ante los ruegos de la joven cebra.

Ésta, enojada, pidió una vez más agua al babuino y, al ser rechazada de nuevo, le reclamó: “El agua es para todos, no sólo para ti, cara de mono”.

El babuino, enojado, le respondió: “Si quieres agua, tendrás que quitarme de aquí”. La cebra era valiente y decidió pelear contra el babuino. Al empezar el duelo, el babuino se aventó mostrando los dientes, le jalaba el pelo y mordía a la cebra, quien sólo luchaba para quitarse al mono de encima.
Con un último esfuerzo, la cebra logró tirar al babuino y aprovechó para darle una patada.
¡Pum!
El babuino se estrelló contra unas rocas que estaban lejos.

La cebra, en su alegría, cansancio y sed, ya saboreaba el agua, pero estaba rendida y en un descuido pisó la fogata del babuino. Se chamuscó el pelo y bandas negras de ceniza tiñeron su pelaje hasta entonces blanco como el marfil.

Del susto huyó a las planicies, ahí donde viven todas las cebras ahora.

En cuanto al babuino, permaneció enojado e irritado, sin embargo no se atrevió a dejar las rocas.
Y esa es la historia de cómo las cebras obtuvieron sus rayas negras.”

Fotografía de Carlos Rubio

Es cierto que hoy en día, la ciencia descarta como hecho que todas las cebras desciendan de aquella joven cebra que luchó con un babuino, tampoco se tiene un consenso sobre la razón por la que las cebras tienen rayas, mientras que todos sus demás parientes, caballos y burros, son de tonos más bien pardos y uniformes. También se sabe que las cebras no fueron completamente blancas primero, sino que embrionariamente presentan primero pelo negro y las rayas blancas aparecen más adelante en su gestación; asombrosamente cada patrón de rayas es único y exclusivo para cada cebra, como nuestras huellas dactilares, no hay dos cebras iguales.

¿Qué función tienen las rayas de las cebras? para responder la pregunta, tal vez deban conjuntarse varias respuestas en lugar de una sola:

La primera y la más conocida es el camuflaje que crean dichas franjas: al juntarse las cebras en manadas provoca un mareo visual a los cazadores que intenten enfocarse en una sola cebra para perseguirla.

Pero también en años recientes, 2014 y 2015, se ha encontrado que el patrón de las cebras tiene propiedades ópticas insospechadas, como son reflejar la luz en bandas y crear micro corrientes de aire alrededor de su piel. Se han descubierto correlaciones entre la densidad y el contraste que crean estas franjas, cuyo efecto es el de crear un camuflaje óptico contra moscas que transmiten enfermedades; pues los insectos ven la luz polarizada, además de intensidades del espectro ultravioleta, y les resulta molesto centrarse en picar a las cebras, cuyo pelaje, además, es menos denso que otros animales de las sabanas africanas.

Otra de las virtudes de dicho patrón a rayas que hace tan peculiar y carismática la estampa de la cebra es la sucesión de absorción y reflejo de la luz sobre su cuerpo, ésta crea una corriente pequeña que puede disminuir un par de grados la temperatura a la que se encuentran las cebras, lo que, de nuevo, les resulta en beneficio al momento de sobrevivir el terrible calor de la sabana. En resumen, se puede decir que las rayas evolucionaron en las cebras para permitirles adaptarse mejor a su entorno.

Las cebras, al igual que la joven cebra de la leyenda, vagan buscando agua, pues el clima en las sabanas no permite el establecimiento de pozas y pastos permanentes, y las cebras son reacias sobrevientes.
No sólo en el sentido de que soporten estas condiciones tan duras, sino que, al igual que todos sus parientes perisodáctilos, pertenecen a grupos de mamíferos muy antiguos y diversos en otras épocas, como el Eoceno (hace más de 34 millones de años) su época de mayor diversidad.

Hoy en día apenas se ve reflejada esta diversidad en 17 especies que incluyen 5 especies de rinocerontes, 5 de tapires y 7 de équidos o hipomorfos (con forma de caballo) que a su vez se componen de 3 especies de cebras , 1 de caballo, y 3 de asnos, claro, la diversidad total es mayor pues existen diversas subespecies de equidos y de rinocerontes.

Fotografía de Carlos Rubio

La compentencia de las cebras por el pasto y el agua es contra los artiodáctilos, un grupo mucho más diverso que incluye a los ciervos, antílopes, jirafas, bovinos, camellos, jabalíes, hipopotámos y afines, cuya diversidad supera las 230 especies descritas a la fecha.

En lo que respecta a las cebras, actualmente la Integrated Taxonomic Information System (ITIS) y la International Union for Conservation of Nature (IUCN) reconocen tres especies:

La primera de ellas es la Equus zebra, o cebra de montaña, que incluye dos subespecies, se les considera cebras poco abundantes y pertenecientes a la región sudafricana, sus poblaciones fueron diezmadas debido a que compiten por el espacio con los agricultores locales y durante las guerrillas en el área fueron cazadas para consumir su carne. Son animales muy inteligentes pues son capaces de cavar en los lechos de los ríos secos hasta hallar remanentes de agua; viven en grupos pequeños de no más de 10 individuos, por lo general un macho, varias hembras y algunas crías. Prefieren los hábitats rocosos y solitarios. A diferencia de la joven cebra de la leyenda, estas cebras hubieran cavado su propio pozo.
Otro distintivo es un pliegue labial en la mandibula inferior y que sus rayas no son tan densas ni llegan tan abajo en el vientre, como en el caso de otras cebras.

La segunda especie es Equus grevyi, o cebra de Grévy, que es la cebra más amenazada, pues está en peligro de extinción, y también la cebra más grande de todas: pesan casi media tonelada, mientras que las demás cebras rondan los 350 Kg, destaca además por su patrón de franjas angostas, juntas y marcadas en comparación con las demás especies. Es una cebra norteña, pues habita hacia el noreste del continente africano.

El agua siempre es un problema para estos animales, mientras que las cebras de Burchell migran buscando pozas y las de montaña aprendieron a excavar para encontrar agua, las cebras de Grévy son más resistentes a la sequía, pues pueden soportar hasta 5 días sin beber agua, ocasionalmente también se ha visto que son capaces de cavar sus pozos, pero es una conducta más típica de las cebras de montaña.

Otro atributo que tienen es que son más tolerantes a la vida social pues sus números son altos, desde luego no sabemos qué tan numerosas pueden ser las manadas porque hoy en día quedan menos de 4000 cebras de Grévy en todo el mundo, incluyendo los zoológicos, y ya han desaparecido de, al menos, tres países donde, a principios del siglo XX, se reportaba que aún eran abundantes.

La tercera especie es Equus quagga, conocida como la cebra común, cebra de la sabana, cebra de Burchell (anteriormente su nombre cientifíco era Equus burchellii), es la cebra más abundante de todas, la más distruibuida y la más conocida. Seguramente la cebra de la leyenda correspondería a ésta especie, pues son conocidas por su perseverancia y sus hábitos migratorios.

Ya se han dicho varias características de ésta, podemos decir que es la cebra por excelencia o la cebra referente, en el África se le llama “quagga”, aunque ésta palabra se usa últimamente para referir más a la subespecie extinta de cebra Equus quagga quagga que fue cazada hasta la extinción por los colonos europeos, y se le considera extinta desde 1883.
Las demás subespecies son la cebra de Grant (Equus quagga boehmi), la cebra de Chapman (Equus quagga chapmani), la cebra de Crawshay (Equus quagga crawshayi), la cebra de Selous (Equus quagga borensis), y la cebra de Burchell (Equus quagga burchellii).
De todas ellas, la más abundante es la cebra de Burchell y la única que internacionalmente es reconocida legalmente para su aprovechamiento por el humano. No es raro que se le cace y se le críe, incluso fuera del continente africano y en sitios como ranchos. En México, existen estos ranchos en estados como Chihuaha, Coahuila, Durango, Nuevo León, Quéretaro, Sonora, Tamaulipas y Veracruz. La cebra de Burchell es un animal carismático y muy apreciable para todos los zoológicos y parques de fauna silvestre exótica.

Aunque ésta es la de menor preocupación en cuanto a que no está en peligro de extinción, es importante recordar que una especie silvestre no necesita estar amenazada para estar protegida ni por ello pierde importancia, pues sus números actuales no son los de hace 100 años, y sus principales amenazas siguen siendo la agricultura y el desplazamiento causado por las necesidades humanas y la urbanización, además de la cacería sin control.

Las cebras son animales impresionantes, de los que aún nos quedan muchos misterios por resolver y que podemos admirar ya sea en su hábitat natural o en parques. Las cebras son muy antiguas y fueron importantes para el folclore africano desde los primeros habitantes de África, la cuna de la humanidad, no es baladí pensar que nos pueden seguir inspirando, como especie humana, a conservar y admirar el medio ambiente.

Autor:

Carlos Rubio AKA “Chars”. Lector y vagabundo por placer, gusta del té verde, hacer fotografías, coleccionar discos, visitar museos y trabajar en restauración de áreas verdes, ama la vida silvestre. Trabaja como técnico de campo encargado de flora, en el CICN Yumka, también imparte pláticas de cultura ambiental y biodiversidad.

 

Referencias:

Sobre la leyenda San de la Cebra y cómo obtuvo sus rayas, consultado en: http://www.gateway-africa.com/namibia/african-stories-myths/

Caro, T. et al. The function of zebra stripes. Nat. Commun. 5:3535 doi: 10.1038/ncomms4535 (2014)

Larison, Brenda; Harrigan, Ryan J.; Thomassen, Henri A.; Rubenstein, Daniel I.; Chan-Golston, Alec M.; Li, Elizabeth; Smith, Thomas B. (2015). “How the zebra got its stripes: a problem with too many solutions”. R. Soc. opensci. 2: 140452.

Groves, Colin, and Peter Grubb. 2011. Ungulate Taxonomy

Vaughan, Terry A.; Ryan, James M.; Czaplewski, Nicholas J. (2015). . Mammalogy (6 ed.). Jones and Bartlett

Álvarez -Romero, J. y R. A. Medellín. 2005.

Equus burchellii. “Vertebrados superiores exóticos en México: diversidad, distribución y efectos potenciale”. Instituto de Ecología, Universidad Nacional Autónoma de México. Bases de datos SNIB-CONABIO. Proyecto U020, consultado en: http://www.conabio.gob.mx/conocimiento/exoticas/fichaexoticas/Equusburchellii00.pdf

 

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Trasplantes de conciencia

La computación nos ha enseñado que hay una distinción bastante clara entre el hardware y software. El primero es la parte física y permite interactuar directamente con la máquina, el segundo es “el alma” de la máquina, es decir, el programa que va a manipular la información que se ingrese al sistema. En la ciencia ficción existen múltiples historias de cyborgs y robots que ejemplifican la distinción entre software y hardware. Basta recordar al antagonista de Ghost in the shell (1995), el titiritero, un programa capaz de hackear a otros cyborgs, que se apodera de sus cuerpos y los obligar a realizar todo tipo de crímenes.

Pero la distinción entre software y hardware entra en terrenos fangosos cuando lo informático y lo biológico se unen. En los seres vivos el hardware sería nuestro cuerpo, la parte física que nos permite interactuar con el mundo. Definir cuál sería nuestro software es mucho más complicado.

Todo lo que tienen los seres vivos que no es materia física se le ha llamado alma, consciencia, mente, aura, espíritu, entre otros. Descartes ya había abordado este problema mucho antes de que aparecieran las computadoras. Gracias a sus trabajos nace el dilema filosófico llamado cuerpo-alma, o en términos modernos, cuerpo-mente. Dicho dilema tiene una gran variedad de respuestas y resoluciones. Una de ellas es la de Gilbert Ryle quien dice que dicho problema es una confusión lingüística y que es absurdo hacer la distinción entre mente y cuerpo. Incluso ridiculiza el trabajo de Descartes llamándolo “dogma del fantasma en la máquina” haciendo referencia a que, si Descartes estuviera en lo cierto, todos nosotros en realidad seríamos fantasmas conduciendo una máquina que serían nuestros cuerpos.

El problema mente-cuerpo se ha replanteado gracias a los avances en neurociencias y psicología. Si el objeto de estudio de la psicología es la mente, la forma física de esa mente se encontraría en el cerebro, al punto que muchos ahora le llaman el problema mente-cerebro, reduciendo la máquina de Descartes a nuestro sistema nervioso.

Podemos recordar aquí el mundo futurista de la famosa serie Black Mirror donde la consciencia de una persona puede reducirse a los mapas neuronales dentro del cerebro, al punto que esos mapas pueden replicarse como si fueran programas de computadoras: millones de redes neuronales escaneadas que nos darían consciencia aún cuando el cuerpo físico ya no esté, como en el capítulo “Be right back” de la segunda temporada de ésta serie. En otros capítulos se utilizan copias de la consciencia como trabajadores domésticos, parejas que simulan una relación para encontrar el perfect match; también se utilizan estas copias para trasladar una conciencia de lugar una vez que el cuerpo no es capaz de alojarla, entre otros. En pocas palabras, el objetivo es cumplir necesidades que únicamente nuestra misma consciencia sería capaz de llevar a cabo.

Todos estos son ejemplos hasta ahora de ciencia ficción. No obstante, existe un proyecto médico que pretende ir hasta las últimas consecuencias de este dilema entre la mente y el cuerpo. Me refiero al proyecto HEAVEN/GEMINI, mejor conocido como el proyecto del trasplante de cabeza.

 

Proyecto HEAVEN/GEMINI

El sueño de intercambiar cabezas en seres vivos no es nuevo. El primer intento serio sucedió en los años setenta cuando el equipo del neurocirujano Robert White logró trasplantar la cabeza de un mono. Según sus reportes, lograron que el mono sobreviviera durante 8 días, después de los cuales éste falleció. Aunque no especifica las condiciones en que vivió el mono en ese periodo, el texto publicado en 1970 asegura que con la tecnología del siglo XXI sería posible realizar un trasplante de cabeza exitoso en humanos.

Trasplante de cabeza supuestamente exitoso en 1971

 

Hoy en día, siglo XXI, Sergio Canavero, un neurocirujano italiano, asegura que la tecnología ya está disponible para realizar semejante cirugía. Puesto que se trata de un procedimiento nunca antes realizado, conlleva a muchas limitaciones técnicas, materiales y éticas.

Afortunadamente, Canavero cuenta con un voluntario dispuesto a realizarse un trasplante de cabeza (o más bien de cuerpo). Se trata de Valeri Spiridónov, un ruso de 30 años que padece de atrofia muscular-espinal. Una condición genética que afecta el movimiento del cuerpo. Valeri ha vivido sus treinta años sin mover más que la cabeza y manos. A pesar de que aún no es posible descargar la conciencia de Valeri a una simulación artificial, como en el capítulo “San Junípero” de Black Mirror, lo que sí se puede hacer, según Canavero y su equipo, es conseguirle un nuevo cuerpo.

La principal limitante médica del trasplante es lograr que la cabeza sobreviva sin un cuerpo mientras se completa la cirugía, y, por lo que se cuenta de los ensayos en animales, es una cirugía de alrededor de 70 horas. La solución es menos complicada de lo que se podrían imaginar: enfriar al cerebro a 12°C, en esta temperatura su metabolismo baja hasta llegar al 10%. Según Canavero ésta y otras limitantes han sido superadas en pruebas de laboratorio. Lo que ahora le preocupa más a la comunidad científica son los dilemas éticos que trae consigo esta cirugía.

 

¡¿Qué diría Descartes?!

En los últimos 20 años, gracias el avance de las neurociencias, es fácil reducir la existencia de un ser al funcionamiento del cerebro. No obstante, como ya se mencionó al inicio, la distinción entre mente y cerebro no es tan fácil. Para empezar porque nuestra mente no puede existir sin algo físico que lo sustente, así como el cerebro no puede existir sin un cuerpo.

Además, la existencia de un cerebro tampoco tendría mucho sentido sin órganos que lo alimenten de información, es decir, lo que conocemos como sentidos. Debemos aclarar que no son 5 sino alrededor de 10 sentidos bien definidos hasta ahora, más los que aún no se deciden a definir los científicos.

El sentido que más entraría en conflicto con un trasplante de cabeza es el de la propiocepción. Se refiere al mapeo que hace nuestro cerebro de nuestro propio cuerpo. Los mapas corporales se construyen desde la infancia y van adaptándose a la vez que un individuo va creciendo y madurando. Basta ver a un recién nacido en el momento en que descubre que tiene manos para ver a la propiocepción en plena construcción. Ésta, además, es la base de otras habilidades cognitivas como: la orientación espacial, la construcción de identidad, incluso tiene que ver con el sano desarrollo de la capacidad de poner atención.

Aún no sabemos qué puede pasar con la propiocepción en el caso de un cambio brusco de mapas corporales, como lo sería en el caso de una operación HEAVEN/GEMINI exitosa. Los críticos dicen que este choque entre los mapas corporales del cerebro y el resto del sistema nervioso periférico podría ocasionar psicosis, alucinaciones o alteraciones en la consciencia, tal como sucede con los consumidores de drogas como el LSD o los inhalantes, quienes por momentos alteran su sentido de la propiocepción. Hay que recordar que el cerebro y la consciencia humana no son tan sencillos como las inteligencias artificiales de Ghost in the Shell o de la película Her.

 

El futuro nos está alcanzando

Aunque Canavero afirmaba que el trasplante de cabeza sería posible para 2017, lo único que se logró fue que un ensayo clínico, en diciembre de ese año, para probar la eficacia del procedimiento a nivel del tejido nervioso.

El proyecto HEAVEN/GEMINI desata mucho interés científico, dilemas éticos y, por supuesto, morbo. Los especialistas se dividen entre los escépticos que dicen que Valeri no logrará sobrevivir al procedimiento, y los que creen que es técnicamente posible, quienes además, temen a las repercusiones éticas. Hasta ahora, a pesar de lo que publiquen las páginas de noticias amantes del clickbait, no hay ningún registro de una operación 100% exitosa ni en animales ni humanos. Habrá que esperar a que los planes del doctor Canavero se hagan realidad para saber qué tan acertado estaba Descartes sobre el fantasma y la máquina.

Autor:
Juan José F. Valdiviezo
Es egresado de la Facultad de Psicología de la UNAM con amplia experiencia en divulgación de las neurociencias. Actualmente trabaja en investigación con pacientes consumidores de drogas y niños con problemas cognitivos. Es amante de la ciencia ficción.
Ilustración:

Lina Romero egresada de la Facultad de Ciencias como bióloga; estudió en la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM la licenciatura en

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¿Sueña el ser humano con humanos sintéticos?

El 20 de julio del año 2010, Daniel G. Gibson, J. Craig Venter, entre otros autores, publicaron para la revista Science el desarrollo de una bacteria sintética, es decir, un organismo alterado genéticamente que no comparte características con otros organismos que podemos encontrar en la naturaleza, por lo tanto, carece de progenitores.

Lo que pareciera hoy en día un tema de ciencia ficción, tiene ya una antigüedad de siete años en la realidad. ¿Qué es lo que sigue? Quizá la creación de células más complejas, como las eucariotas, tejidos y órganos.

El impacto que esto podría tener en el sector de salud es importante: se terminarían las largas listas de espera para trasplantes, disminuiría el rechazo inmunológico y aumentaría la expectativa y calidad de vida, al mismo tiempo que se reducirían los gastos en inmunosupresores. La culminación en este campo de acción sería la creación de seres completos y funcionales, animales y humanos sintéticos de diseño. Las preguntas obligadas son muy claras: ¿qué derechos tendríamos sobre los humanos sintéticos?, ¿cuáles son las necesidades que tendrían que satisfacer?

 

Nada nuevo bajo el Sol

En el año de 1968, el escritor de ciencia ficción Philip K. Dick, plantea una reflexión sobre estas incógnitas en su novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Este libro no sólo se adelanta a su tiempo, sino que también marca el inicio del cyberpunk, corriente de la ciencia ficción donde se mezcla la tecnología y la contracultura disidente, subterránea y rebelde de los años ochenta donde los temas principales son la invasión del cuerpo o la mente con miembros protésticos.

La novela transcurre en el año 2019, la Tierra ha sufrido los estragos de la radiación y la muerte de millones de humanos y animales orillan al hombre a buscar nuevos mundos donde habitar. Marte parece ser una buena opción, sin embargo se necesita de mano de obra para acondicionarlo a las necesidades humanas, para tal efecto se han creado humanos sintéticos. A pesar de que son parecidos a nosotros, tienen una vida media de 4 años y su mayor anhelo es ser libres. Por ello escapan hacia la Tierra, donde son ilegales y corren el riesgo de ser descubiertos y aniquilados.

Esta novela no sólo nos entretiene planteando un mundo impactante, oscuro y maravilloso, sino también nos propone reflexionar: ¿es justo matar humanos sintéticos por el simple hecho de serlo?, ¿cuál es el límite entre la vida artificial y natural? Y más importante aún, ¿qué es lo que nos da la condición de seres humanos? Phillip K. Dick nos da una pista: la empatía, o bien, la capacidad de ponerse en el lugar de otro y de sentir su dolor.

 

Del papel a la pantalla grande.

En 1968 Phillip K. Dick vende los derechos de su novela y en 1982 se estrena una adaptación de la misma: Blade Runner, dirigida por Ridley Scott y escrita por Hampton Fancher y David Webb Peoples; a pesar de que fue nominada al Oscar, no tuvo el impacto merecido en aquel entonces, no obstante, hoy en día es una película de culto obligada para todo cinéfilo y cienciaficcionero.

Previo a su muerte, Philip K. Dick logró ver parte del filme antes del estreno y le agradó bastante, así lo demuestra en una carta dirigida a Jeff Walker, productor:

“Blade Runner va a revolucionar nuestro concepto de lo que es la ciencia ficción, y aún más, de lo que puede ser”.

 

Una Franquicia

En 2017 llegó a la pantalla grande la segunda entrega de esta adaptación, Blade Runner 2049, producida por Ridley Scott bajo la dirección de Denis Villeneuve, y con el guión de Hampton Fancher y Michael Green. Tiene lugar treinta años después de la primer película y en ella el oficial K, (Ryan Gosling) del departamento de policía de Los Ángeles, saca a la luz un secreto que puede cambiar el destino de la sociedad. Esto lo lleva a buscar a Rick Deckard (Harrison Ford), quién lleva desaparecido 30 años.

A su vez han surgido tres mediometrajes que cumplen con conectar ambas películas expandiendo el universo de Blade Runner: Black Out 2022, 2036: Nexus Daw y 2048: Nowhere to Run (que puedes ver aquí).

 

Anticipación científica

Vivimos en una época donde los avances tecnológicos compiten con los escenarios más sublimes de la ciencia ficción, por ello es que este género también es conocido como Literatura de Anticipación Científica. Phillip K. Dick probablemente nunca imaginó del desarrollo de bacterias sintéticas, sin embargo, este visionario autor, puso en la mira algunos problemas éticos a los que, quizá, podríamos enfrentarnos en un par de décadas.

Autor: 

Adriana Letechipía Salcedo es presidente de la Tertulia de Ciencia Ficción de la Ciudad de México, tiene una Maestría en Ciencias en Biomedicina y Biotecnología Molecular por parte del Instituto Politécnico Nacional y es colaboradora de La Bombilla.

Diseño:

Bernardo Ortega. Artista Visual. Es estudiante en la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM. Se especializa en el uso de técnicas de imagen bidimensional, específicamente en litografía, fotografía, imagen digital, pintura y dibujo a gran y medio formato.

Referencias:

Gibson DG, Venter JC, et altros. Creation of a bacterial cell controlled by chemically synthesized genome. Science. Jul 2, 2010. Vol 329. Issue 5987, pp 52-56

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Las drogas ganaron el Tour de Francia

Llevo días sin dormir, días en los que me despierto a mitad de la noche sintiendo que me falta el corazón. Hay tardes en las que el miedo me invade, en las que pienso que una vez que me acueste, no me volveré a levantar. Que me quedaré en mi cama por la eternidad. Las noches en las que estoy particularmente cansado, prefiero pasar la noche en vela, haciendo cualquier otra cosa. Y es que si algo es cierto, es que todo el mundo se cansa en algún momento de su vida y este es, para mí, ese momento.

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Affaire sangriento o por qué mi esposa me botó por otro par de aletas

Frío. Terrible frío. Un frío tan intenso que resulta impertinente, implacable. Y no, no es una referencia a la medida de un sistema de baja energía térmica. Es el frío del abandono, la desesperación y la impotencia del pobre pingüino que trabaja todo el día para conseguir peces, llevarlos a su nidito de amor (literalmente un nido, hablamos de un ave) y así alimentar a sus esponjosos polluelos. Le hiela hasta los huesos el sentirse abandonado a su suerte por la ingrata pingüina que lo cambia por otro en su propio nido.

O así lo queremos ver. La presencia omnisciente del nuevo y voluble semidiós de la civilización moderna: el internet, nos trae de la mano de sus concubinas, las redes sociales, una cascada de memes (o también llamada “tren del mame” por los millenials) ante nuestros ojos y mentes, ávidos de desperdiciar tiempo y energía en la más reciente y baladí de las distracciones on-line. Más fútil: decenas de éstos memes basados en un fragmento de video filmado por una muy famosa sociedad norteamericana realizadora de documentales de geografía y naturaleza.

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Ética para robots –o de la máquina contra su creador–

-Pienso que la Inteligencia Artificial evolucionará hasta el punto en que ellos serán nuestros amigos. ¿Vas destruir a los humanos?

-Ok, voy a destruir a los humanos.

Fue lo que respondió Sophía durante su entrevista para la CNBC(1). Ella no es una persona común y corriente, ni siquiera es un humano ya que como ella misma menciona: “aún no soy considerada una persona legal”. Esto es porque en realidad, Sophía es un robot (que ha declarado que destruirá a la humanidad).

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Efectiva receta para que cualquiera muera de amor por ti

 

Hechizos de amor, filtros, amarres y pócimas han sido, desde hace siglos, lo más solicitado cuando se trata de corazones en la búsqueda del amor correspondido.

Afortunadamente, hoy en día estos servicios están al alcance de todos. Los anuncios con la leyenda: “SE HACEN AMARRES, LECTURA DE MANO, MAL DE OJO” son cada vez más comunes; y en el mercado de Sonora los amarres y hechizos para el amor son el número uno en ventas, no sólo en el mes del amor sino durante todo el año. Entre los brebajes más populares para provocar el atolondramiento de alguien está el té de toloache.

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La importancia de tener masa

Hace 53 años, el 10 de julio de 1962, fue puesto en órbita el primer satélite artificial de telecomunicaciones comerciales del mundo, llamado Teslar. Estaba diseñado para retransmitir televisión, teléfono y datos de comunicaciones a alta velocidad; desafortunadamente, su vida operativa terminó en 1963.

Otro hecho importante que ocurrió en 1962 y que sigue muy vigente en nuestros días, fue el nacimiento de Ant-man —en las páginas del cómic Tales to Astonish #35, obra del trío formado por Stan Lee, Larry Lieber y Jack Kirby—, personaje que este mes estrena película, por ello en esta publicación les hablaré de su vida como científico y héroe.

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En la red de Spider-Man

La mutación como origen de los superpoderes que poseen los superhéroes es un tema recurrente en los cómics creados por Stan Lee y los ilustradores de la casa editorial Marvel. A veces esta transformación es heredada, como en el caso de los X-Men, en otras ocasiones, la causa es un contacto accidental con algún tipo de radiación. Como ejemplos de lo anterior tenemos a Hulk, los Fantastic Four y, el favorito de muchos, Spider-Man.

En el caso de Peter Parker (nombre real de Spidey), su mutación lo dota de las habilidades propias de una araña: trepa paredes, puede cargar objetos que pesan varias veces más que él, además de poseer velocidad y agilidad. Incluso en la versión cinematográfica de Spider-Man, en las películas dirigidas por Sam Raimi,[1] debe su capacidad de arrojar telarañas de las muñecas al contacto con la araña radiada.